Venía bastante animada porque ayer no me fue tan mal como esperaba. De hecho, me relajé un poco y hasta me divertí a ratos. Eso no es poco para una charla de motivación, ¿eh?

Y hoy, que venía dispuesta a ponerme al día con mis cosas, discuto con mi padre en el carro, gran comienzo, trato de calmarme y descubro que no me hicieron las fotos que pedí ayer y que tendré que coordinarlo todo de nuevo para hoy.

Serenidad. Puedo hacerlo. Al menos tengo que convencerme de que puedo o no sé qué hacer. Y tengo que evitar que me empiece a doler el estómago.

Así que vamos a las buenas noticias, y si no hay me las invento. Anoche hacía demasiado calor para dormirme, así que me fui a la cocina, abrí la ventana y me puse a leer la única novela de Jane Austen que me gusta: Orgullo y Prejuicio. Creo que más que nada me divierto con los diálogos. Parece todo tan inocente, tan victoriano, tan formal, pero es agua mansa, hay que ver lo que se oculta tras tanta cortesía.

Mi personaje favorito creo que es -oh sorpresa- la protagonista, Lizzie Bennet. Es casi impecable, hasta que al final de la novela se da cuenta de que sí quiere casarse con Darcy, pequeño detalle. En especial la forma en que rechaza a él y a Collins cuando se declaran, la manera en que trata con su insoportable madre. Encuentra cómo burlarse sin herir a la dulce Jane, eso es mérito.

También me agrada mucho el padre, que es un tipo excéntrico y relajado hasta el punto de ser vago, amante del absurdo y terriblemente entretenido. En un momento él le dice a su hija algo que recuerdo cuando alguien (meaning me) hace el ridículo: ?¿Para qué vivimos, si no es para divertir a nuestros vecinos y para reírnos de ellos?"

Eso también me ayuda a explicarme porqué tengo un blog.