octubre 27, 2006

Lo que no esperaba

Hay muy poco en lo que sea constante. Por lo general me valgo del plazo que se vence, de la gente que me presiona, de la perentoriedad de la tarea. (Reactiva y no proactiva, me habría dicho la profesora que se empeñaba en psicoanalizarme.) Quizá por eso las cosas que solo dependen de mí, por más que sean importantes, las dejo que se expandan en el tiempo y el espacio, asumiendo que crecerán al sol mientras yo me dedico a otras ocupaciones.

Estas últimas semanas, sin embargo, gracias a eventos y personas aparentemente inconexos, estoy dándole trabajo a mi voluntad. O mi voluntad le está dando trabajo a mis capacidades. Algo así. El hecho es que al momento la entidad conocida como Dael está ganándose el sueldo. Está trabajando -se da tiempo para conversar, reír, escaparse-, en lo formal y en lo personal.

Estoy en la etapa en la que tengo que cumplir con ciertas metas que me ayuden a encaminarme. Me había preparado para, armada de paciencia, trabajar sin ver recompensa a corto ni a mediano plazo. Al equivalente de ahorrar pensando en en la jubilación. Esas cosas propias de la gente madura.

Pero ha sido como sembrar una semilla y ver a los pocos días que ya tiene forma de planta. Y no solo eso, sino que hoy he visto darse la primera flor.

En este momento no me importa si lo que me propuse no se da exactamente como lo visualicé al inicio. Ya estoy comprobando que no será así. Porque como las ondas que hace una piedrita al caer en el agua -sufro de un repentino ataque de metáforas-, las repercusiones han empezado a sorprenderme.


No se siente para nada mal.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman