mayo 21, 2008

Estamos solos en el universo

A todas luces, me voy a aburrir de lo lindo. Hay en el ambiente todos los síntomas. Casi nadie en la oficina. Casi nada que hacer (no empiezo mis labores del día porque me temo que las terminaré demasiado pronto y entonces me sentiré peor).

La única cosa medio emocionante es que mi jefe está escuchando el soundtrack de Las vírgenes suicidas, y me siento un poquito como en casa. A la selección aleatoria del iTunes le en-can-ta. A veces se raya con eso y con Brian Eno, y tengo que sacudirlo para que le dé oportunidad al resto de la música.

Mi jefe quiere mandarme de viaje este fin de semana, y yo realmente no tengo ganas. Además, estoy segurísima de que algo importante tengo yo que hacer ese día. Mejor dicho, no me acuerdo bien. Pero seguro que en mi agenda ha de estar.

Hoy vine insoportable. Temed, enemigos del heredero.

Si ya se pone muy pesado esto, o yo me pongo muy pesada, lo más probable es que me vaya a dar una vuelta. A terminar de leer uno de los tantos libros que me han prestado, y que se supone que tengo que devolver (la gente que es optimista), y que ni he empezado porque se han hecho presentes los efectos del tiempo: qué sueño que me da apenas llego a la casa. Ustedes dirán: no me vengas con cuentos, que tú siempre andas con sueño. Pero esto ya es materia oscura. Si quiero salir en la noche, tengo que quedarme haciendo tiempo en la oficina, y salir directo al sitio. Porque si llego a aterrizar en mi casa, no hay poder humano que me saque de allí.

También pueden ser esos remedios que me tienen tomando. El conejo insiste en que me haga sacar las amígdalas, pero no. De aquí no se baraja nadie. De la crisis tendremos que salir como un todo. No hay espacio para desertores en este organismo. Es decir. Hay un par de kilos de los que gustosa me despediría, bajo concepto de jubilación. Pero de mis amígdalas, nunca.

Hablando de gente que no me comprende, la semana pasada se me juzgó porque dije durante el almuerzo que mi misión es difundir ciertas series y películas de anime. (Lo dije como broma, por supuesto, ustedes lo saben, ya que mi verdadera misión es lograr que me paguen por escribir desde la comodidad de mi hogar y en pijama, lo que aún no se ha cumplido sino a medias y con muchas condicionantes.) Pero fue el escándalo. Oh. Soy una inmadura. No merezco vivir.

¿Cuál es el problema de la gente? Yo se los diré: no tienen sentido del humor, quieren respuestas en bruto, no saben saltarse la baranda y dar unos cuantos saltitos en el césped, solo por el gusto de hacerlo. No. ¿Y su alternativa del humor? El doble sentido. Puaj. Mis dotes histriónicas, desperdiciadas. Los privaría de mi presencia de no ser porque ODIO comer sola. La alternativa es no comer, lo cual, sumado a la calidad de lo que preparan los dementores, va ganando adeptos.

A veces me siento tan sola.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman