Llanto mode on

Hoy es mi Viernes Negro. Así bien llamado porque, además de ser mi día de cierre-o-muerte, lo cual implica que estaré aquí por tiempo indefinido, es el día en que suelen llegar las peores noticias y catástrofes, como un par que ya tuve por desayuno.

Me muero de hambre. Y no hay galletitas cerca =(

Y sé que esta noche habrá fiesta de cangrejos en la casa, porque es el cumple de mi hermanito. Y yo estaré aquí, mordisqueándome las uñas.

Ya me inscribí en el evento de Nanowrimo, pero no me envían confirmación al email. Para los interesados, es un site que te propone escribir una novela de 50 000 palabras en un plazo de 30 días. No importa si la trama es débil, si el protagonista se parece sospechosamente a ti mismo o si no manejas bien los tiempos: el objetivo es seguir escribiendo, aunque sea un bodrio.

Bueno, por algo hay que empezar. Según Forrester, la cosa está en que tus dedos le cojan el ritmo al teclado y entonces funcionarán por sí solos (sí, ya). No es que me lo crea, pero me divierte bastante el concepto, y en cierto modo es una manera de decir que escribir es un oficio al que hay que tomarle práctica, como cualquiera.

Tengo una amiga ancianita que cada que me ve me dice que tengo 'las manos suavecitas de quien no hace nada'. Enteraos. Yo no hago nada. No me queda más que reírme (por lo demás es una persona adorable y conversadora interesantísima) y decirle que trate con las puntitas de mis dedos, que son las que hacen todo el trabajo sucio. Pero no creo que piense que darle a la tecla sea trabajar.

Pregunta: ¿Entonces tengo encallecido el cerebro? Con tal que no sea la conciencia... Y los ojos, pobrecillos míos, que a este paso voy a pedirle el número de su optometrista a la Trelawney.

Mañana, si Dios tiene misericordia y me permite no tener que aparecer por el trabajo, voy a ver el Salón de Octubre. Bah, más bien voy a ver a Al, pero el pretexto es ese.