diciembre 20, 2004

El mayordomo, estoy segura

He pasado un momento espeluznante. Al ir a comer, llevo mi credencial para marcar la hora de salida, y ¡sorpresa! veo una cara que no es la mía. Para nada la mía. No puede ser, pienso. La saqué de mi bolso, y obvio que no la revisé con detenimiento porque era la mía. ¿O la cogí de sobre el escritorio, simplemente? No lo recuerdo. Oh, no, Madame Senectud, aún no es hora de que visites este barrio.

¿Estoy dormida?, me pregunto, y me muerdo el índice para comprobarlo. Mis compañeras me miran y se ríen, pero después de tanto tiempo ya están un poco acostumbradas a mis disparates y siguen con el ameno relato de todas las veces en que han intentado asaltarlas. Muy gracioso, en verdad, lo que cada una ha ideado para librarse de los ladrones, pero yo sigo preocupada mientras me guardo la credencial ajena en el bolsillo del jean, con toda la naturalidad posible. ¿Dónde está la mía? ¿Y ahora qué hago? Porque es obvio que no estoy soñando, me ha dolido bastante la mordida.

Y ahora escribo, con el peso de un documento no mío sobre mi escritorio, y una sensación de irrealidad que es que da miedo. Si tuviera tiempo, investigaría cómo pasó, pero debo terminar un par de cosas, como este post.

Sé que una persona normal buscaría al dueño -al que conozco- y la devolvería. Yo, intentaré aclarar este misterio por la vía más impráctica y demorada posible, para que el ambiente de novela de Conan Doyle no se pierda.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman