Síndrome del elfo doméstico

Tenía muchos planes, pero claro, no todos se cumplieron. Primero, quería enviarle esos cd's a la Alicia, y Correos del Ecuador me sacó el kilo por eso. Pero hecho está. También quería arreglar mis revistas y ver qué números me faltan. Ahora solo queda conseguir a los fugitivos. Tenía que ir a una reunión de ex compañeros con Reivaj, pero llegamos cuando ya casi todo el mundo se había ido.

Ayer fui a ver PoA en el Imax. A pesar de las advertencias de otros espectadores, nos sentamos justo al lado del proyector sin darnos cuenta hasta casi el final de la película. Por mí no hubo drama. No por eso, al menos.

Amo esa película, y hay que ver la de detalles que se me habían pasado por alto, pero es la última vez hasta nuevo aviso que voy a ver pantalla gigante: no me acuerdo que tengo un vértigo terrible hasta que estoy entrando a la sala, y me paso los primeros veinte o treinta minutos cerrando los ojos en las escenas de velocidad, o las típicas en que parece que el mundo se te viene encima.

No estoy hecha para semejante grandeza. Y la secuencia esa de presentación de la maravilla de la tecnología que es Imax simplemente te deslumbra y te deja viendo lucecitas aun cuando cierres los ojos.

Mi problema es que como tienes la pantalla encima, me siento prácticamente suspendida en el aire frente a todo lo demás, y yo soy una criatura bien terráquea: mis pies no despegan más que un par de centímetros del suelo y eso en casos de extrema alegría.

Ah, otra queja de un amable lector. Genial. Si me alegran la mañana. Ahora es de un señor que es Consultor Acústico y Electro-Acústico, que me raya por el tema acerca del sonido que saqué. Me aclara, entre otras cosas, que la unidad de sonido no es hercio, como yo puse, si no hertz. Otra vez tonta de mí que salta de gusto cuando encuentra alguna castellanización fea como bluyín.

¿Por qué pongo esto? Porque soy sufridora, primero, y porque soy masoquista, también y cuando recibo críticas me encaaanta torturarme repasándolas una y otra vez hasta que me las aprendo de memoria y puedo citarlas años luz después. Patético, ya sé. Pero por lo general me tomo los errores a la tremenda, cual Dobby, jeje. Espérenme que voy a darme de cabeza contra la pared. Ya vuelvo.