Qué pereza
¿Será que se muestra comprensivo mi jefe si le digo que por hoy no me apetece trabajar y que mañana con mucho gusto vuelvo renovada?
No, yo tampoco lo creo, pero por un ratito me atreví a soñar.
Lo bueno de este señor es que cuando está de buenas pone música chévere. No saben lo que es verlo cantando Light my fire, o zapateando el soundtrack de las trillizas de Belleville (un goce) en su oficina. Si así estuviera todos los días.
Rayos. Me fui por un segundito a hablar con mi jefe y la paparazza de la izquierda ya estaba leyendo esto. A veces tratar de ser buena gente no sirve de nada. Pero bueno, el viernes pasado hubo payback. Sucede que como no soy la única persona a quien la susodicha acosa y/o espía, ya hay varios compañeros con quién compartir la cuenta del sicario. Ese día ella estaba tratando de ubicar a una persona, le dieron un número celular y marcó. Parece que estaba equivocado. Volvió a llamar y esta vez le dijeron algo así como que yo no sé quién es fulanito, pedazo de !"#$%&/(/ así que déje de estarme !""$$%&/(). Grosero el tipo. Pero el relato sigue con que ella cometió el error de contárnoslo todo, indignada.
Cuando se fue, el ente maligno pero chévere que está a mi derecha dijo nosotros aguantándonos todo este tiempo y viene este señor y en una llamada de medio minuto expresa nuestros sentimientos. ¡La telepatía del mal sí funciona!.
El CN me ama. Y ahora la televisión abierta empieza a apreciarme. Van a poner Caballeros del Zodíaco una hora los sábados.
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