julio 11, 2005

He ahí el dilema

Oh-oh. No traje la paciencia hoy. ¿La víctima? Un amable lector. Corrijamos, la madre de un amable lector que no pudo resolver los acertijos. O sea, que llame el chico, genial, no me da -tanta- pereza encontrarle una solución al asunto. Pero por qué los padres tienen que meterse en esto, por qué. Me imagino a mi madre reclamando frente a la tumba de Kafka por los traumas que me creó hará una década (olviden que hablé de fechas). Por eso creo que, aunque mi trabajo suele ser divertido, no soy la persona idónea. Acá tienes que ser siempre amable, estar siempre de buenas. Y eso a veces sale, y a veces no (by the way Al, you are so dead).

Una consulta, ¿ustedes qué hacen si saben que un amigo está como que en problemas, pero ha dejado puesto el cartel de "no me digas nada, no te voy a contestar"? Supongo que no queda otra que esperar a que pida ayuda, si es que la quiere. Porque si insisto, solo se encerrará más, y entonces a mí me exasperará tanto "oh cómo sufro pero no me preguntes, nadie puede ayudarme", lo mandaré al diablo, y como que esa no era la idea. Qué pesado ese asunto de la amistad. Pero también es que una no debería preguntar cuando ya sabe la respuesta. Entre asumir y cerciorarse, la veo negra.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman