agosto 25, 2005

Mañana llego tarde

El taller terminó. Un día antes de lo esperado, hasta me dio pena. No, en serio. Porque me dio buenas ideas. Me pude sentar dos horas ahí en paz y quietud a organizar mis ideas. Claro, se suponía que las organizara en torno a los objetivos del curso, y yo más bien me orienté a otras cosas, pero algo es algo, no se pueden quejar, además los dejé como bacanes a la hora de la evaluación.

Y eso que no estuvieron exentos de malicia. A pesar de lo útil que fue, y de que hoy terminó con unas cuantas indicaciones sobre escritura, cortesía del señor Rodríguez Castello, que no tardarán en ser puestas en práctica (de ahí a que tenga éxito, se reflejará en la vida futura de este blog), descubrí sus oscuras intenciones. Porque me encontré extrañando la universidad. Así como lo escuchan. Yo también estoy asustada.

Además -es la última vez que lo diré- he estado a punto de reconciliarme con el periodismo. La temprana hora, la falta de cafeína, este profe que siempre ha tenido un efecto de arrullo sobre nosotros, se confabularon para bajarme las defensas y cuando me doy cuenta, estoy otra vez escuchando la marcha del idealismo. Entonces me salvó el celular. No sonó, pero se me cayó del bolsillo, se desbarató, se apagó, no quiso prender, tuve que armarlo, desbaratarlo, volverlo a armar y al fin resucitó. Con las justas.

Hablando de ese trasto, creía haberme librado de las cadenas. Casi no paso por el yahoo, muy poca gente tiene el de gmail, y uso el nick de mi hermano para el msn. Eran un estrés menos en mi vida. Y anoche me llegan dos, en menos de una hora, por sms. Solo porque quiero mucho a esas personas, porque todavía estaba despierta tipeando no se qué cosa de la cirrosis (sin paga de por medio), porque no tengo mensajes, y si los tuviera me los ahorraba, no les contesté. Pero han perdido varios puntos en mi cariño, agravado por la hora de la recepción, y la dulce amenaza de que si no lo pasas a medio Guayaquil habrás firmado tu sentencia de muerte / prisión / ceguera total (en orden ascendente).

El despertador y yo tendremos una conversación muy seria esta noche, después de los dos exámenes que tengo (suerte o tripa). Solo uno saldrá con vida. Y yo conozco su punto débil.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman