octubre 07, 2005

Amagadores

Y dicen que yo soy indecisa.

Está bien, me cuesta mucho optar por esto o por aquello, especialmente cuando no estoy muy entusiasmada. Puedo ser un poquitín desesperante, cof *por eso nadie me acompaña a comprar nada* cof.

Pero estos dos ya se pasaron. Me refiero al par de amiguitos que el sábado pasado me enteré que se casaban mañana (por fin, si desde mi época colegial parecían siameses). O sea, amenazaban con eso desde hace un par de años, pero la verdad es que últimamente ando bastante olvidadiza, y recién a una semana de la boda, mi mamá me hace acuerdo que no tengo zapatos. Ratas.

Mis sentimientos hacia mis amigos al hacerme vestir formal distan de ser cordiales. Pero bueno. Al mal paso darle prisa. Que se casen de una buena vez.

Todo estaba listo. Las respectivas madres, felices. Yo, resignada (me aburro mucho en esas fiestas). Hasta soñé que mi mamá trataba de persuadirme a usar un vestido espantosito.

Y el jueves, antes de llegar a mi dulce hogar, llamo a mi hermano. Ni se te ocurra venir por la casa, me dice. O sea. Está bien que no andan muy contentos conmigo, pero hasta ahora jamás me habían expresado sus deseos de ahorrarse mi presencia.

- ¿Y por qué?
- Están todas esas señoras aquí, llorando, gritando, no sabes el relajo que hay. Ni vengas.
- ¿Qué señoras? ¿Qué pasa?
- La mamá del H y la mamá de la R. Que ayer se pelearon y ya no se casan nada.
- ¡Mentira! Pero, ¡tengo hambre! ¡Estoy cansada! ¡Y tengo que recoger mi manual para ir a clases! (Nota del traductor: ¡tengo que enterarme de qué exactamente pasó!)
- Yo no voy. Así que tampoco vas. Y antes de que me digas que aprendiste a caminar primero que yo, te aclaro: si tengo falta, tú también. Tienes que ser solidaria.

Bueh. Ante tal invitación a subirme al tren de la vagancia, encontré algo mejor qué hacer. Pero lo obvio era que no habría boda. Qué pena. No me malentiendan, no es que yo no quisiera que se reconcilien y todo, pero denme un mes para buscar unos zapatos que no sean tan incómodos. Qué les puedo decir, la empatía vino en el paquete. Dañada, pero vino.

Y hoy, que llamo a decir que mi cierre va normal, o sea que estaré llegando cuando ya hasta los gatos se han ido a dormir, Reivaj sale con otra.

- Ven, que tu escoba te espera.

Pues que sí, que los muchachos ya decidieron que sí se casaban (hoy era el civil, según tengo entendido, se ve que los padres apretaron pescuezos) y pusieron a correr otra vez a todo el mundo, y hay que ir a ayudar a arreglar la iglesia. A menos que a mí me esperen hasta la media noche, no podré ayudar (repito: qué pena). Pero tendré que salir mañana a buscar los condenados zapatos.

¬¬

Que vivan los novios.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman