Mis respetos

A Fufura. La autora de la mayor inocentada de la que tengo memoria. Bueno, ya, la mayor de hoy. No, no fue la única ¬¬ Don't ask.

Víctima: la aquí firmante.

Herramientas: un simple correo electrónico.

Nivel del golpe: 9/10*


(se le resta un punto porque no hubo testigos, recién se están enterando ustedes, pero esta chica tiene talento para el drama)

A continuación, el mail de marras:

Asunto: qué tal chiquilla!

¿Qué tal el día? Yo sigo con modorra...

Ayer me fui a mi casa, y seguí leyendo... y de ahí salí a San Marino, y no sabes a quién vi... no solo de libros vive el hombre. Ahí estaba, con unas libritas de más, como que si no hubieran pasado los años.

¡Ay, Dael, Dael! Parecía bruta... no sabes cuánto, titubeé, dije incongruencias... como yo sola lo sé hacer cuando estoy nerviosa... este man es mallero al parecer. Él estaba por Tower Records cuando recién lo vi. Asumí que iba al cine en ese rato. Yo iba a bajar por las escaleras eléctricas, y así lo hice apenas lo vi.

Pero ya abajo dije, ¡qué bruta! ¡Por qué escapo! Y para el colmo estaba solo. Entonces subí por la otra escalera eléctrica para amagar por si acaso me haya visto, todo un drama tu amiga... y, otra vez arriba, avancé rápido hacia la otra esquina, sin fijarme si estaba por el patio de comidas. O sea, yo creía ciegamente que de ley él iba a entrar al cine, sin canguil ni nachos.

Cuando estaba cerca, miré adentro de Tower Records por si acaso haya entrado, pero no lo divisé. Continué con mi ruta, hecha la disimulada entonces, pero ya no estaba por donde lo había visto. A simple ojeada no lo vi y ahí sí cambió la disimulada Fufura... ¡Por qué! Era tan obvio que estaba buscando a alguien, y seguía y seguía buscando, a la derecha, a la izquierda, y nada... Pero no había buscado bien, no me había fijado en las islas. En todo caso luego de estar segura que no estaba el susodicho en cuestión, doy la vuelta sobre mis talones... ya dispuesta a irme nomás, y a lo que termino de dar la vuelta, suas que te digo ¡¡¡pobre inocente!!! :)


¬¬ Ya solo falta que me digan que la invitación a ver Narnia hoy también es bromita, y le dan lustre a mi día.