febrero 01, 2006

No se automedique

Dolor.


Claudieko se escandaliza porque piensa que me he cansado del blog. Le digo que no es eso, solo que cuando no quiero ponerme tan personal prefiero jugar y así me despejo bastante. Pero a ver, retomemos el tono novelesco.

Mi organismo sigue dando guerra. Desmotivada en el trabajo, una razón es que me doy cuenta de la poca consideración que se nos tiene. No estoy diciendo que seamos ireemplazables (que si nos ponemos a ver bien, sí lo somos; otra persona hará nuestro trabajo mejor, peor, distinto, jamás igual). Estoy diciendo que somos humanos. Que tenemos altibajos y problemas y equivocaciones. Y que no son siempre. Y que los peores errores vienen de las bases, porque ¡sorpresa! también son humanas, y tienen más poder, y el poder corrompe.

La razón dos se me escapa a mí misma, mi concentración enfoca y desenfoca y entonces ando intermitente. Un par de proyectos se han caído (qué manera de discutir, señores, a ratos o tomas tu piedra y te unes a la horda, o buscas cómo poner tu cabeza a buen recaudo). Estoy en el limbo con los asuntos de mi familia, con los de la iglesia y algo más que se me olvida. Ya me he de enterar.

Mi torpeza para hablar y dar consejos ha alcanzado su esplendor: parece tiro al blanco profesional, y es mejor permanecer callada. Quedo mal cada dos por tres con cosas que los demás esperan de mí, para variar. Estoy cansada. Y me está dando la lata también ponerme así, tengo que inventarme algo para sacarme del bache. ¿Ven? Ahí es donde digo, animémonos, Dael, momento lúdico.

Un par de ejemplos de mi flojera: alguien que me pidió un favor ha dejado un pedazo de torta sobre mi escritorio y me ha llamado ingrata. Tengo un par de mensajes incomprensibles del ente, que anoche se peleó con su novia, se pegó sus tragos, me relató la historia vía sms (don't even ask), y luego me acusó de (revisando teléfono para mayor fidelidad) escucharlo solo para después tratarlo a un hámster. Supongo que le disgustó que le dijera que él bien sabía en lo que se estaba metiendo (espero saber en lo que me meto al andar contando esto, total, ya me acusó, qué más da), y que se fuera a su casa antes de que amaneciera en alguna acera. La historia es larga, pero que no diga que no se lo advertí. Ayer fue el último día de la paparazza, y nos despedimos así como si nada, chau.

El caso es que hablo aquí de ellos, y aunque no dé sus nombres supongo que no les gustaría nadita. Puede ser divertido oírme desbarrar cuando ando de buenas, pero ahora no es el momento. Y ni siquiera cuento chismes importantes.

Esas pastillas sí que hacen efecto. No quitan el dolor. Liberan el absurdo.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman