Se acaba el tiempo
Ahora sí va el asunto ese de los trols, que se aumentaron a cuatro. El primero. Ayer entendí un par de cosas con respecto a mi boss. Cada vez es más claro que, en este barco, no puedo seguir, porque definitivamente cuando me subí el destino impreso en el boleto era uno, y ahora es otro, y además a mis labores se van sumando ciertos detallitos que no me corresponden.
Luego, inesperadamente (o no tanto), llegaron unos mensajes medio raros del ente (¿no que está de vacaciones?), que me hicieron pasar de atónita a fastidiada, y desembocaron en la dichosa frase de ayer (entre otras bastante menos agradables). Pero creo que entendió. Bien por él.
Hoy tengo mis dos otros trols. Una entrevista en pitinglis de la que solo Dios sabe cómo saldré (ya me estuve encomendando), y que me cayó como un garrotazo porque tuve que prepararme de la noche a la mañana. He de quedar mal. Y todo porqué. No sé porqué.
Cuarto, esta noche, reunión con la directora de carrera para iniciar por centésima vez el papeleo para la tesis.
Eso último me costó un buen enojo, y me estoy arrepintiendo porque creo que tomé decisiones emocionales y eso nunca es bueno. Pero en fin. Di mi palabra. Tengo que ir. Y además, como dije, yo escogeré el tema, y yo diré cuándo nos reunimos, y más claro, no quiero quedarme hasta el dos mil cuarenta con esos papeluchos. El título, también eso quedó claro, no me interesa personalmente. O sea, no es mi sueño dorado, porque hace tiempo que la vocación se me escurrió. No hay más. Me sé de memoria los otros argumentos. Que entonces para qué hice ese año. Que la plata queda botada. Que me va a servir si quiero cambiar de barco, o de plano lanzarme al agua. Que va a poner contentos a mis papás.
Ninguno me convence. Pero lo voy a hacer. Porque... No sé, ese día estaba enojada y pensé que total, hacer esa tesis no es que me va a consumir la vida. Y, por todos los cielos, me van a dejar en paz.
Pero también me estoy cansando. Me acordé de Moonie que se describe a veces como una serpiente que va dejando la piel atrás. La piel nos empieza a quedar chica. ¿Nunca se han sentido como un animal demasiado grande para el espacio en que lo tienen encerrado? Te pueden sedar un momento, pero apenas se pasa el efecto, vuelve la claustrofobia.
Reivaj es un buen tipo. Aunque no se le diga todo. Buen tipo.
|
0 me llevan la contraria:
Publicar un comentario