marzo 10, 2006

Hate mail

Este iba a ser un post todo serio e inspirado sobre el hate mail. Pero Blogger decidió que hacía tiempo que no tenía a bien acordarse de mí, y no solo murió, sino que esta máquina se fue a pique.

Me da tanta pereza reescribir con la formalidad del caso; ya se me olvidaron las cosas bien argumentadas que tenía que decir, así que los dejo con el puro merengue del pastel, que es todo lo que me puedo acordar.

La verdad, he recibido muy pocas cartas profesándome odio eterno; pocas pero escogidas. La primera vez fue alguien a quien no le gustó lo que había escrito (era un reportaje). Casi me muero de la impresión. Imagínense. Era una empresa pública, para colmo. Entonces me dije, suerte o tripa. Se la reenvié a mi ex-jefe, que en cierto modo ahora otra vez es mi jefe, y la fui a leer a su oficina con él. Entonces él le explicó a la Dael veinteañera y temblorosa que es de lo más natural que a ese tipo de entidades no les cause alegría lo que dices de ellos, y que empiecen a despedazarte hasta los adjetivos.

Si el gran jefe lo decía, así era. Me fui tan tranquila.

El otro caso memorable fue un ex profe al que le hice una consulta, y sea que ese día lo mordió el perro, lo dejó la novia o le llegó el ultimátum para declarar sus impuestos al SRI, me contestó que no podía, pero con tanta sorna, que de lo bien que me había caído antes, lo coloqué en la repisita de los Más Odiados. Le respondí, me respondió. Fue bien feo. No nos hablamos durante un buen tiempo. Al año hablamos no me acuerdo por qué, creo que presentaba un libro y me tocaba ir, y fuimos tan cordiales que se notaba que no habíamos olvidado el incidente. Pero bueno, ya lo bajé de la repisa.

Ah, por poco dejo fuera a los padres bienintencionados que me avisan que arderé con fuego y azufre por andar promocionando videojuegos y cuentos que no reflejan los valores que ellos quieren. Por andar incitando a sus retoños a la sedición. Sencillo, no los dejen leer si tanto les desagrada. Pobres criaturas, por eso es que la patria está como está.

El premio se lo llevan los que se ofrecen como colaboradores. Hay gente que envía cosas muy buenas, que da gusto incluir. Con algunos hasta me llevo muy bien. Pero también llega cada bodrio, al que igual doy las gracias y explico por qué no me es posible publicarlo. Como el chico que enviaba poemas todos románticos y que luego se convirtió en stalker. Pero eso es otra historia, tengo que consultar con la implicada para ver si me autoriza a hablar. En este apartado se destacan los que de plano asumen que se los va a rechazar (por qué será), y de una me condenan al noveno círculo, junto con Judas, Caín y Bruto. Como no le veo sentido a contestar, más para explicarles que tendrían que tramitar que le crezca otra cabeza a Lucifer, me ahorro la molestia. Excepto en un caso, pero es que fue irresistible. El sujeto se hacía llamar Dark Angel, candidato seguro al premio Mora Psicópata 2005.

En estos momentos estoy pensando en si reenviarle o no a mi jefe la última cartita en nombre de la moral y las buenas costumbres. Habría creído que mi cara de inocencia era lo bastante convincente, como para que a alguien se le vaya a ocurrir escribirme algo así, pero parece que no me he esmerado. Ya que el remitente alude a una larga y entrañable amistad con mi jefe, esto hasta se puede poner interesante. Pero la verdad, me la estoy pasando bien por acá. Mejor otro día.

Y si a alguien tiene algún día la necesidad de elaborar un hate mail para mí... Hágame reír, mínimo, y puedo estar contestando.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman