Mi tic son los paréntesis

Y dale.

La libre información, significa que yo puedo enterarme de lo que quiera, ¿verdad? Bravo. Anótate un punto si dijiste que sí. Y supongo que, de pasadita, también implica que puedo no enterarme de lo que no quiera, ¿no es cierto? ¿Cómo que no es cierto? Infórmate, ciudadano. Mi derecho a la negación (o a la ignorancia), se llama. Pero si no me lo quieres reconocer, qué puede hacer la aquí firmante. Una que es mártir.

Jeh. A juzgar por los resultados de la última prueba (sí, esa misma), creo que ha sido una especie de protesta colectiva (deberíamos estar abochornados, al menos yo estoy haciendo mi mejor esfuerzo). Claro que, en mi caso, la explicación va más allá de la falta de tiempo o vocación: el asunto es que me gustan más los cuentos que tienen la decencia de circular bajo su verdadero nombre, que los que salen en los periódicos. ¿Por qué no me preguntan de eso, a ver? Pero como sé que no me escucharán, dejemos eso, que ya bastante dolores de cabeza amenaza con darme.

Odio que me reten. O sea, no me han retado (todavía), y si sucede, con el tiempo he aprendido a poner cara de que no me importa (se siente tan bien). Pero igual, lo odio. Porque es como que alguien se siente con derecho a hacerlo, se siente mejor que yo. Y no hay nadie mejor que yo. Ni peor. Cada quien con su carga.

Y la armonía cósmica llegó a este blog. Ya que me da pereza insertar gifs y demases, imaginar por favor el fondo de flores sicodélicas.

Para que no se vuelva a repetir el traumático percance que sufrí con la última grabación de mi vieja y fiel grabadora de microcassette, he resuelto que será mejor que busque una digital, como sugirió alguien por ahí (soy mala para los créditos). No sé bien por dónde empezar; preguntando llegaré. De repente recuerdo cuando un profe nos mandó grabar las conversaciones de la gente en los buses sin que se dieran cuenta, ni la gente, ni los buses; vaya usted a saber cuál es más susceptible. A ver qué resulta; creo que me será más sencilla la obtención de pruebas.

Apenas logre recuperarme del golpe emocional de que nos hayan basureado (sigo con eso, ya ven si soy sufridora), y rescate los pernos que se le cayeron a mi amor propio (buen título para una novela), me largo pa mi casa, que mi limonada caliente y Los Simpson me esperan. Ellos sí me entienden. Ni me toman en cuenta, me dejan vegetar tranquila nomás.