Lunes de resurrección
Por andar presumiendo de que la vida había decretado compensarme por haber tenido que trabajar en feriado, acabé pagando la vajilla. Tuve que venir el viernes, aunque yo había hecho mi parte para que pudiéramos cerrar el jueves. Pero en fin, así toca (die orc die).
El sábado, Reivaj y yo fuimos como de costumbre a hacer los mandados. A dos cuadras de mi casa, vimos que habían desalojado una despensa. Y en su lugar habían puesto montones, pilas, cerros, de libros usados. A lado y lado, un local de dvds piratas y otro de cds con el reguetón a todo volumen.
Fuimos a ver, para mí que eran de esos que venden textos y enciclopedias médicas fuera de la estatal, pero Reivaj dijo que no, y tenía razón. Se compró unos tomos de una colección de historia que le faltaban, y algo de Balzac (estaba la Comedia Humana completa, pero mejor ni preguntamos). No he hecho un mal trabajo como hermana mayor, ¿eh? Luego lo acompañé al de los dvds convencida de que compraría como de costumbre algo de acción. Y para que no me aburra, me dice que en ese rincón están las japonesas que te gustan. Como para que me quede callada, estaban Howl y Nausicaa. Temí que fueran copias horribles, pero nada que ver. Siento el perjuicio, Miyazaki-San, pero...
Si pensaron que era demasiado bueno para ser cierto, tienen toda la razón. El domingo me pasaron factura. El día en sí fue bastante tranquilo. Hasta la tarde en que empecé a estornudar. De compañía, dolor de cabeza. En fin, gripe. Otra vez. Ah, no.
Usualmente digo, dejemos que el virus siga su curso, ya pasará. Pero teniendo en cuenta que la última vez estuve enferma más de un mes, le pedí a mi padre que me diera alguna de las pastillas que tiene mi mamá, que es quien me ha contagiado. Él me dio una, ya sin la envoltura, y yo bien confiada me la tomé.
Me seguí sintiendo cada vez peor. Me quedé dormida. Pero a la madrugada me desperté sintiendo que me habían quitado el aire, y que mis costillas se contraían y me estrujaban las tripas. Según yo, era un simple cólico. Pos no. Llegué a rastras al baño y vomité hasta el subconsciente. Cuando ya no pude estar en pie, recién tuve la genial ocurrencia de llamar a Reivaj, que tomó sus buenos tres minutos en despertar, recogerme cual trapo del piso, y darme algo dulce y caliente que luego resultó ser agua de anís XP
Sumamente desagradable.
No sabíamos qué había pasado, hasta que mi mamá hizo su trabajo detectivesco, y concluyó que mi querido padre me había dado un tranquilizante, al que reaccioné bastante mal. ¿Cuál es el término correcto para eso, filicidio? Puede que me esté equivocando, pero utilicemos daelcidio hasta que hablen los expertos.
El perpetrador no se ha enterado, se fue de viaje anoche. Reivaj y yo nos sentamos en la cocina hasta que dejé de temblar y sudar frío, y pude volver a mi cama. Todavía me siento un poco extraña (esto de resucitar ha sido complicado) y por un buen tiempo no volveré a tomar ni aspirinas. Rata que se quema con agua hirviente...
Ahora me voy. Debo hacer la edición de esta semana y adelantar las dos en que no estaré. La paparazza me ha prestado El extranjero (lo perdí cuando estaba en el colegio). Por más personaje secundario que fuera, nunca me he podido olvidar de Celeste.
En un tono menos deprimente, la señorita Sedante me ha dejado un reto, y ahí va. (Créeme que ahora tu nick me inspira respeto.)
- Si fuera un mes: El más aburrido. Septiembre. No hay feriados.
Si fuera una asignatura: Me reservo esta, ¿sí?
Ahí si alguien se anima...
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