Por qué no quería volver

Vuelvo, y ¿qué es lo primero que pasa? Que blogger no me deja ingresar. Resentido.

Sinceramente, parece que hubiesen sido dos meses y no dos semanas. Tenía tantas ganas de volver como de tener las paperas. Me imagino que así debió sentirse Dorothy cuando regresó a Kansas. O Beetlejuice cuando se lo traga el gusano gigante, para que democratizar la referencia.

Mi jefe saludó e hizo un par de bromas ingeniosísimas. Yo que estaba con lápiz y papel, apuntando, a ver si se me quedaba algo, olvidé reír. La paparazza me tenía listas todas las quejas y los chismes. El ente no se ha portado muy bien que digamos, ese es el resumen del discurso, y pienso que se lo puedo creer. Quiero decir, ¿cuándo es que el ente se comporta?

La siguiente culpable de sus desgracias era una tal Dael, quien misteriosamente nunca alcanzaba a contestar sus llamadas. Para fortuna de la acusada, durante mis merodeos buscando (sin suerte) lo que me falta del Capitán Harlock, encontré algo perfecto para ella. Sucede que la paparazza estudió en el mismo colegio que yo, solo que diez años antes. Así que tenemos algunos referentes, como la profesora de Literatura, y algunas novelas. Como es natural, no nos gustaron las mismas. Sorprendentemente, hay una que sí: Nada, de Carmen Laforet, y me acuerdo de la impresión que nos hizo en quinto curso. Querer algo, buscar algo, no saber qué es, y encontrar... nada. Era perfectísimo para nuestros ánimos quinceañeros, creo que todas anduvimos unos cuantos meses medio filosóficas, haciendo honor a la especialización.

(fin del flashback)

De modo que estoy otra vez con doce páginas en blanco. No worries. En peores he estado. Creo. No me acuerdo. En este momento no tengo ni idea de cómo he salido de cada lío. Solo me acuerdo que he salido y eso debe de bastar. Ya me las arreglaré. Si Rafael puede hacer La Noticia en un día...

Haciendo cuentas, no me puedo quejar (rayos). El saldo es positivo. De verdad que siento que hace mucho que no estaba aquí. Y aunque puede que para este viernes ya esté otra vez abrumada, han valido la pena los adelantos y etcétera. He visto a algunos de mis amigos (no a todos, lo sé), he pasado tiempo con mi familia (aunque no lo bastante, según ellos), he estado sola (oh gracias). Leí y vi lo que quería, y también otras cosas que no me esperaba. Al fin me hice medio amiga del chico este del puestito de anime, ese al que parece que todo el mundo le cae mal porque apenas si te habla cuando le preguntas por alguna serie o película. Lo he estado juzgando mal al muchacho.

Dael: ¿Te acuerdas que te pedí Queen Emeraldas?

Chico del AnimeWhatever: Sip *cara de terror porque seguro se le olvidó*

Dael: Y, ¿te acordaste de buscarla? (=_=)

Chico del Anime Whatever: Ehhh... Nop (^ ^')

Puso una cara que no me quedó otra que reírme. Al rato ya me estaba convenciendo de comprar medio quiosco, pero me fui nada más con algo de Love Hina, y porque eran unos capítulos en los que sale bastante Shinobu (la niña que me hace las veces de avatar). Moonie ya me ha hecho un boceto estilo manga para no andar robando imagen, pero todavía no lo puedo utilizar, debo conseguir el permiso de la artista.

Ah, sí. Encontré un tono. No sé si así se llame, pero para mí un tono es como una voz desde la que ya parece como que podemos narrar algo. Supongo que algún tono tendré aquí, pero hablo de tantas cosas que no sabría apreciarlo yo misma, o son varios muy mezclados. En cambio, encontrar un tono que me parezca lo suficientemente interesante para escribir algo así como, digamos, un cuento, es todo un acontecimiento para mí, al menos. Apenas es una página, y sin embargo me gusta cómo va quedando. Deséemosle suerte, a ver si llega a la segunda.


Y claro, por andar exiliada (gomen), no estuve para apoyar el concurso del Sacapintas 2006, que fue muy divertido durante la planificación, y a juzgar por las fotos y los posts, no ha sido para nada mala idea.




Dicen que los votos ya están comprados. Quién sabe. Aquí la pregunta es: ¿cuánto hay? (TM)