junio 02, 2006

Expulsada

Ni una semana duré. Estoy muerta, pero de cansancio. Y estoy de vuelta a la triste realidad de los vivos. El instructor resultó ser un tipo amargadísimo, que no aceptó mis felicitaciones por el día del niño, ni sobornos con helado de chocolate, ni nada. Primero, me instó a deshacerme de todas mis posesiones terrenales. Punto en contra. Luego, que el negro es el color reglamentario. No tengo nada contra vestir de negro de vez en cuando, pero ¿todo el tiempo? Este tipo no ha vivido en Guayaquil. Además de que parece no contar con mi odio por los uniformes.

Donde acabó de romperse la cuerda fue en el momento en que se hizo evidente que a mí, eso de volar o levitar no se me da. Los pies, incorpóreos y todo, bien pegados a la tierra, si no es mucha molestia. Mi vértigo traspasó las fronteras.

En resumen, ya me hicieron firmar la renuncia y acá estoy. Lo primero que hice fue irme a adquirir un par de tereques que necesitaba [quería], y un regalo con el que estaba en deuda. Ya tuve la discusión nuestra de cada día con un ser que no entiende que no hay la confianza necesaria -ni la habrá, por decisión unánime del directorio- para que me ponga apodos y me adjetivice. Que mejor dicho, me cae mal.

¿No es obvio cuando le caes mal a alguien? ¿Hay gente tan densa que no se da cuenta? ¿Le caeré mal a alguien sin haberme percatado?




Estoy volviendo a mi retórica normalidad. Que comiencen los festejos.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman