Intolerancia virtual
La reportera más paciente que he conocido me dijo una vez, con voz tensa, que estaba pensando en renunciar porque la habían puesto a hacer una especie de elegía a un movimiento religioso que detestaba.
Vaya y pase esa conducta en mí, que me quejo cada dos por tres de tal o cual tema impuesto, pero me sorprendía tanto porque ella era la versión periodística de la madre Teresa. Ni más he vuelto a encontrar tanta vocación. He visto gente enferma, sí, capaz de dormir junto a la rotativa. Pero, no es lo mismo.
De mi, ejem, vocación, mejor ni hablar. Digamos que me he adaptado a las circunstancias, o las estoy aprovechando para que me den un aventón hasta más allacito. Mientras tanto, disfruto de lo que se puede y hago drama de lo demás.
Lo bueno de mi actual galera es que casi siempre soy yo la que elige para dónde vamos a remar cada semana (o al menos esa ilusión me hago). Lo malo es que de vez en cuando me cae algún encargo, y me acuerdo de mi asalariada condición, y reniego. No del salario. O al menos no tanto. Pero sí de la sombra de la dependencia temática.
Me gusta más cuando me dicen, 'allá tú', y me abandonan a mi suerte. También armo teatro al respecto, pero en el fondo, sé que me han dado carta blanca, y me quedo contenta.
Para no ser injustos, si a algo lleva la escritura forzada, es al autodescubrimiento. Yo, por ejemplo, que creía tener bastante paciencia para las criaturas, me he revelado como una intolerante nata. Un tamagotchi me está sacando de quicio.
El bicho ha entrado en la fase adolescente, y ha perdido el apetito, no quiere jugar, no quiere dormir... El domingo, durante la clase, los chicos lo oían chillando desde mi maleta y me quedaban mirando. Yo, como que no era conmigo. Al volver a casa, el niño electrónico tenía armada una pataleta fenomenal.
Qué ganas de congelarlo.
Uno de los inconvenientes que nombraré en la reseña es ese: 'Asegúrate de que vas a tener suficiente tiempo y paciencia para cuidar y jugar con tu mascota. Porque, por más que lo desees, no vas a poder ponerle pausa.'
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