Disclaimer
Los señores Jobs y Gates estarían muy decepcionados de mí en este momento. Como tanta otra gente, pero qué se le va a hacer. Lástima que no tenga intenciones de ofrecerles disculpas. ¿Quién los manda a ponerle esos precios ridículos a cada cosa que patentan? Sé que el que produce algo quisiera que se lo paguen bien, pero esto ya es el colmo.
Mwahaha.
Por otro lado, los japoneses ya me mirarían con mejores ojos, y más les vale dada la relación de dependencia que tenemos: ellos producen cosas y yo me las agencio como puedo. A cambio, hablo bien de ellos cada vez que la ocasión lo permite. Así da gusto ser amigos.
Para prueba basta un taco. Merodeábamos con Reivaj, buena compañía cuando de quejarse se trata, y nos dio hambre. Dijimos tacos. Como nos dio pereza ponernos a buscar la carreta esa de la Kennedy donde los hacen muy bien, acabamos en un Taco Bell.
Puaj.
Arrepentimiento total. No nos terminamos las cosas esas y nos regresamos a la casa después de haber buscado en vano el buzón de sugerencias, seguidos por los ojillos malignos de la cajera (cosas que se ven después de que a uno no le ha gustado la comida).
Pos ni modo. Pasa por andarse olvidando. Muy aparte de toda la alharaca que hagan con la garantía y la marca, uno ha de guiarse por su sentido común antes que nada. Dicen que unas veces lo barato sale caro. Otras, lo caro sale a disgusto del consumidor. Así que ni para unos ni para otros, partid al niño con el propio criterio y no se hable más.
Hablando de lo cual, me ausento, que me tienen frita unos dinosaurios apolillados. Bendita la hora en que se me ocurrió pensar en ellos. La próxima vez que me siente a sacar temas del sombrero -va siendo hora-, tocará ser más severa. Me estoy metiendo en cada lío...
|
0 me llevan la contraria:
Publicar un comentario