noviembre 08, 2006

Profesión: Canillita

Soy un ser desamorado que rara vez visita a sus amigos y después, cuando se los encuentra, tiene que admitir su carencia de sentimientos.

Ayer fui al cumpleaños de la hija de una amiga. Si faltaba, corría el riesgo de ser recibir el premio Perséfone a la ingratitud, porque la última vez que la vi, la niña aún no caminaba sola, y al presente baila con las canciones de Floricienta.



Últimamente, mi escaso prestigio ya no solo depende de que alcance a asistir a cumpleaños y demás reuniones de familia y amigos, sino también del empeño que ponga en conseguir los fascículos y coleccionables que me piden (te prometo Lindasam que estoy buscando los tuyos^___^).

Yo soy malísima para esta cuestión, generalmente boto los cuadernillos esos, o dejo que en mi casa se encargue de ellos el que quiera. Si no son los juguetitos, son los cds, o las películas, o los libros de cocina, decoración o salud.

Al momento me tienen con esto de Plaza Sésamo, para un amiguito. Ay de mí que un lunes se me olvide pasar por el almacén pidiendo el dichoso ejemplar. Mi mamá se encarga de retarme por incumplida y mala gente, qué va a decir su amiga (la madre del niño). Hasta hace un mes eran los carritos clásicos para mi hermano Jose, que no pagó ni un centavo por ellos y encima se atrevió a exigir regalo de cumpleaños (los hermanos son especialistas en esto). Y así.

Ahora lo que yo me pregunto es, ¿qué malignas intenciones hay detrás de tanto coleccionable? A mí se me hace sospechoso. Debo reconocer que cuando salían estos libros de los premios Nobel, y las enciclopedias, y los Atlas, yo bien mandada compraba, para después no tener sitio dónde ubicarlos. Fue cuando me di cuenta de que me estaba inundando de cachivaches a los que nunca tenía tiempo de quitarles el empaque, que decidí ponerle un alto a la situación. Alto que fue interrumpido porque entonces empecé a ser el nexo para conseguir los ítems imposibles de obtener vía canillita.

¿Qué, no trajiste el periódico?, dice Reivaj, que espera las crónicas deportivas, y de paso sugiere que la próxima me quede yo también en la oficina. ¿Dónde está el Cocina Rápida?, pregunta mi mamá. ¿Cuándo empiezan a salir los cds de música ecuatoriana? ¿Y mis Portadas Históricas? (me pregunto para qué quiere más papeles mi padre, que pone ojos de cachorrito ante mis olvidos, y logra hacerme sentir mal).

Así, ya nadie me espera en casa por el simple placer de verme volver sana y salva. Me abren la puerta con la única motivación de quitarme el maldito periódico de las manos, y de ahí mira quién te alimente, hermanita, que estoy acomodando mi colección.

Y yo, sintiéndome canillita sin el beneficio de los 50 centavos por ejemplar, nutro secretos rencores contra la gente de Circulación, Distribución y Coleccionables, y escribo en mi mente la próxima nota que dejaré en el buzón de sugerencias.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman