Los tres chanchitos

Además de aterrorizar a los guayaco-norteños -que son una raza completamente distinta a los guayaco-sureños, váyanlo sabiendo-, los dichosos chanchitos ocasionaron una nueva escaramuza en la lista de correo en la que estoy incluida. Y, lamentablemente, tengo parte de culpa por susceptible. Lo lamento. No sabía que hubiese tanto de Córcega en mí.

Pelearse a las puertas de Navidad, qué feo.

En otras noticias, fui a hacer el ridículo a Porta, me reconfiguraron el teléfono (recuérdenme colgar a mi hermanito) y hoy hablé con Al, a quien en adelante llamaremos La Afortunada. Conejo, aprovecha tu suerte, estudia y pórtate bien.

Ah, y estoy buscando la manera de expandir mi archivo de blogger, porque hay cosas que definitivamente no quiero perder... Si alguien tiene idea de cómo, que se pronuncie.

Hoy estoy... metiéndome en el espíritu navideño.