Guácala
En cuanto llegué a mi puesto descubrí un bicho en el escritorio... ¡Horriiible! El muy atrevido quiso treparse a mi brazo. Yo me quedé inmóvil, y solo reaccioné cuando ví que era inminente que iba a chuparme la sangre, arrancarme la piel, o lo que sea que fueren capaces esos repugnantes seres de casi un centímetro de longitud.
De puro mensa, lo aparté con un periódico, y enseguida me arrepentí porque ahora no tengo idea de dónde estará, qué estará tramando, cuál será su venganza... Puede alegar [dada su corta vida] que él estaba aquí primero...]
|
0 me llevan la contraria:
Publicar un comentario