Subterfugios

Smalville. Serie creada para torturarme emocionalmente mientras veo la segunda temporada en televisión abierta y la tercera por cable, mientras espero el momento en que las dos se conecten y tengan sentido.

La primera parte de ese momento llegó ayer. Y no fue justo. Podría decir que los odio si no fuera porque no es cierto, y porque de seguro que mientras la pasen la seguiré viendo.

Excelente casting el de Jonathan Kent. Han trastornado mi concepción clásica dal padre adoptivo de Superman.

O sea que fue fin de semana de superhéroes (para ponerme a tono con el trabajo, ni más ni menos), porque por ahí cayó Spawn, la tv pasó X-Men (viva Hugh Jackman) y al fin pude ver Blade Trinity, que es una de esas cosas que me tienen horrorizada pero no puedo dejar de ver.

Bueno, qué querían, tengo que hablar de algo así para olvidarme que en este ratito me vuelvo a sentir rata. No me gusta delatar a nadie, palabra. Cuando alguien me hace algo malo, me enfado, o me pongo triste, pero no me gusta ir a quejarme ni nada de eso, si no puedo arreglarlo yo misma, tendré que aprender a vivir con ello.

Pero hoy como que no me salió el papel de Juana de Arco y acabo de pasar de uno de esos asquerosos momentos burocráticos en los que se habla de amonestaciones, multas, eso no se puede permitir, aquí la amistad no tiene nada que ver y blablabla.

Odio todo eso. Sé perfectamente que no puedo esperar lealtad temporal, peor imperecedera, pero a mí me gusta ser leal. Y estar en medio de toda esa frialdad corporativa me da escalofríos. Y me deja sintiéndome mal. Cómo me gustaría tener mi propia fortaleza de solitud. Porque de kriptonita ya tengo bastante

Sé que está totalmente fuera de lugar, pero... ¡Expecto patronum! (/Me recuerda que ya faltan solo 74 días, 11 semanas de impaciente espera).