Némesis

Clau y yo invocando a la venganza, ¡y la venganza que se aparece sin hacerse de rogar! (Bueno, habrá sido porque casualmente la llamé por su verdadero nombre...)

Acabábamos de hacer nuestro pedido a ¿cómo era? Ah, sí, Revenge Inc., para sacarme la pica de la paparazza que, afónica y todo, me tiene al borde del colapso porque habla, opina y se mete en todo lo que no le importa.

Y entonces, mientras ella está al teléfono atormentando yo no sé a qué pobre infeliz, llama el ingenuo en persona (es decir, el novio virtual de la paparazza). Yo la verdad no reconocí la oportunidad aunque me la pintaban calva, y empecé a hacerle señas a mi compañerita de que tenía llamada, pero ella estaba blablablí y blablablá; yo insiste que insiste, ella nada. Entonces lo más alto que pude (que no es mucho, pero funciona) y sin cubrir el teléfono, me inspiré: "Pero Paparazzita, por qué no le quieres contestar a Fulanito, mira que te llama del celular, pobrecito, no seas así, un minutito podrás atenderlo...".

Se le abrieron los ojos como pozos, dejó en espera a whoever que estaba en la otra línea (ojalá haya aprovechado para huir a algún desierto lejano) y me arrebató el teléfono lanzándome miradas de muerte.

Cuando miré al lado contrario, o sea a mi derecha, mis compañeros en pleno estaban mirando y aguantándose la risa. Fue mágico.

Por eso digo: gracias a Revenge que coló esa llamada en el momento exacto.