Receta

Voy a patentarla ya que creo que nadie más la ha registrado todavía. Modestia aparte, es estupenda. Cuando el tanque (o frasquito) de paciencia esté vacío, cuando esté tratando con compañeros que compiten en la liga de Arruinémosle el Hígado a ______ (poner su nombre en el espacio en blanco), una buena dosis de Cortesía Enlatada hace el trabajo. Pero voy a arruinarme el negocio, prepárela usted mismo.

Ingredientes:

- Algún imbécil con mucha envidia o nada qué hacer (los hay a montones)

- Usted

Modo de preparación

1. Ante sugerencias ilógicas y desconsideradas, contesten algo así como: por supuesto, Fido, tienes toda la razón, ahorita mismo te ayudo, ¿algo más con lo que te pueda colaborar? Una sonrisa Colgate redondea el efecto.

2. Cuando le insinúen cosas como que usted es irresponsable o ineficaz en el trabajo, o que se la pasa de alivio, aun cuando en su rol conste que la suma de sus horas extra es igual o superior al del horario reglamentario, y aun cuando tenga usted en sus manos la prueba palpable de que ha puesto sus células cerebrales a funcionar, vuelva a sonreír y conteste algo así como: Claro, fulano, olvidaba que tú eres quien autoriza el (no) pago del tiempo que trabajo de más.

3. Cuando miren por encima del hombro su trabajo que tanto le ha costado/sugerencia genial/propuesta de vida o muerte, y de un vistazo le digan que no se puede, que es una tontería, que si usted realmente lo hizo o a quién se lo copió, ponga cara de desconcierto y pregunte: ¿Disculpe, es conmigo que habla? (sonrisa radiante) Yo soy fulano, me debe haber confundido con alguien más.

4. Cuando el autoarrogado adversario crea que empieza a detectar el tono de sus palabras, y le reclame que esté siendo usted irónico, es momento de la expresión de sorpresa infinita. ¡Pero si solo estaba tratando de ser amable, tal como usted!

5. Cuando amenacen con odio eterno/no volverle a dirigir la palabra, bueno, este paso es un poquito más difícil, ponga cara de circunstancias pero en el fondo deje traslucir la suficiente satisfacción (en la mayor parte de los casos no es necesario fingirla) al decir: Bueno, usted está en su derecho, es lamentable pero lo comprendo (cruce los dedos para que en verdad no tenga que volver a soportar a tal persona).

6. Lo mejor será que si tiene que volver a pedir un favor, usted no ha hecho nada malo, vaya tan tranquilo. Si, por el contrario, es el otro el que necesita que usted haga algo por él... no se preocupe, se habrá hecho usted tan adicto a la cortesía enlatada que recurrirá a ella una vez más.

Contraindicaciones: ahórrese el pedir explicaciones a cualquier acusación infundada, el amenazar con reportes, multas o muerte dolorosa, el tratar de razonar con los troles que por lo general originan este tipo de desavenencias. Perderá miserablemente su tiempo y le aseguro, oh cómo le aseguro, que el otro se sentirá victorioso y no entenderá nada de lo que usted le diga. Repita los pasos anteriores y le prometo que, aunque la burra siga yéndose en busca del trigo, el que se sentirá cada vez más inspirado y sereno será usted, amable lector.