agosto 15, 2005

El café hace estragos

Estaba todo oscuro, entré sin hacer ruido y dejé mis cosas en el suelo. No quería despertar a nadie. Hasta el perro me colaboró, saludándome con un gesto. Es un chiste, frunce el ceño y levanta las cejas, o la parte de la frente donde debería tenerlas.

Ya me felicitaba por mi sigilo y por no haberme golpeado ni haber hecho caer nada, cuando suena una especie de alarma contra incendios, alguien se levanta como resorte de la cama al lado de la mía, se tropieza conmigo y al suelo. Adiós discresión. Del susto he de haber quedado media atontada, porque ahora que llego al trabajo me doy cuenta que se me quedaron el teléfono, las llaves, la billetera, y sin embargo hay un chupete que no recuerdo que me hayan regalado ni peor haberlo comprado, dos plumas que no escriben y facturas desde marzo.

Desde hace como un mes ¿será? que mi primo (tiene diez años) se queda conmigo. Es un poquito molesto, porque pone su despertador a las seis para irse a la escuela, pero no digo nada porque es la casa de mis padres y porque yo no sé dónde más estaría él si no es con nosotros. Es la mar de travieso (por eso lo exiliaron mis hermanos), pero buen dato. Trae montones de dvd piratas de películas que por mis uñas no sé de qué mente han salido, todas de artes marciales, guerras y extraterrestres. Trajo al principio unos cds de reggaeton, pero afortunadamente bastó una breve conversación para hacerlo desistir de tales propósitos. Compra galletas o chocolates y me guarda alguno, cosa que mis hermanos jamás hacen. Me pierde el cargador del teléfono o me lo deja sin batería por ponerse a jugar. Mete juegos prestados en la computadora sin pasar el antivirus. Encuentra mis llaves cuando no sé dónde las he dejado.

Los pronósticos dicen que se irá a principios del año próximo. No sé si sea cierto, las cosas pasan como les da la gana. Trato de no encariñarme demasiado por si las moscas. Eso es medio rata, supongo, pero por ahora ahí estoy.

Oh, y por ahí encontré esta entrevista, que hace rato andaba buscando. Linda la tocaya de Al, la señora Yánez. Me encanta en especial la historia de cómo mató a su abuelo, que era parte de unos cuentos para niños muy chéveres que tuve la grandiosa idea de regalar hace un par de años y no he vuelto a encontrar.

Por cierto, Edipa: ya vi la foto en el periódico ^^ Me encantó la contraparte al sociólogo. También están Rafael, Nita, Blue y otros.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman