agosto 12, 2005

Trampa

Nota del otro lado del espejo:

Es raro que justo por intervención de Marita (nice workmate), que odia todo este asunto de los blogs, me haya acordado de lo de mañana. O sea de hoy. O sea que acabo de falsear un poco los datos (y de romper las leyes del tiempo, pero que quede aquí entre nos). Aproveché que me he robado las claves de Dael para desearles un lindo feriado y comentar esto.


Hace tres años Dael empezó a existir. Ese día me la tuve que inventar, desde el nombre hasta el tipo de persona que era, y de ahí todo ha sido a punta de improvisaciones. No se iba a llamar así. El primer post no dice nada porque en ese momento me acababa de dar cuenta de que ese apodito que ponía en el registro iba a ser la firma.

Decidí que le iba a dar un poquito de mí. Dos poquitos. Cuatro: d, a, e, l. Nada complicado, excepto para Mauliva, que me dice Del, pero le sale muy bonito.

A Dael, como a mí, le gustan cosas simples como las series animadas y las historias de fantasía y aventuras. Después de todo, así fue como llegamos hasta acá, de tanto buscar cosas de Saint Seiya y Harry Potter y Lord of the Rings; nos encontramos con los blogs. Las entradas del 2002 hablan mucho de eso, de nuestras aficiones. Ella estaba encantada. En las demás, tuve que meter mano yo, que he aportado principalmente con mi habilidad para quejarme de cualquier cosa (¡Es injusto!). A cambio, ella me ha mostrado las bondades de la exageración (de lo bueno, más). No digo que aumenta cantidades, ni personajes, ni virtudes, eso no. Digo que convierte el gusanito de la inconformidad en una sierpe desmesurada que en vez de espantarme me hace reír. Como la Víbora Increíblemente Mortal, señor Snicket. Me ha enseñado a reírme de mí misma. Eso me ha gustado.

A veces se levanta solita, sin despertarme, y escribe o dibuja o se queda mirando algo, y luego me lo cuenta en un sueño. Pero eso no lo ponemos aquí. Aquí estiramos o comprimimos las realidades, o las ficciones ajenas. Una de ellas creció tanto que tuvo que irse a su propio sitio. Las mentiras propias siempre quisieron su lugar, y un par de veces tuvieron éxito en destruirlo. Por ahora se alojan en la bodega.

Yo la dejo cada vez más sola. Pero no le da miedo, creo que no. A mí tampoco. Cuando estamos muy cansadas, nos releemos y nos reímos. Pensamos en darle un poco de paz a este lugar, pero invariablemente se nos ocurre algo, y la columnita de la derecha se pone más larga, y nosotras nos ponemos más viejas. El Manaba dijo una vez que se moriría (buena hipérbole) si de repente Blogger dice "apaga y vámonos". Sería penoso, claro está. Pero no irrecuperable. A Dael me la quedo yo.

(De fondo voz tipo anime: ¡Noooooooooooooo...! ¡Yo solo quería ser libreeeeeeee!)

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman