[Silencio]

De por sí hablo poco. Pero hoy menos que nunca puedo emplear mi meliflua voz *Shakespeare rolls on his grave* porque me la han tomado prestada. Lo descubrí a eso de las 4 am, cuando una de mis parientes llamó a avisar que había llegado a la ciudad y que por favor fuera alguien a recogerla. Ni bien había logrado conectar en mi mente unas cuantas palabras que fungieran de respuesta, me di cuenta que, o de repente aprendí pársel, o estaba afónica. A falta de serpientes reales para comprobar mi primera duda, pensé en buscar un par de ilustraciones, pero a tiempo recordé que debía despertar a Reivaj para que contestara. Parece que lo que tengo es contagioso, porque durante el desayuno mi hermanito no me dirigió la palabra.

Los reptiles no quisieron decirme nada. Mi siguiente teoría es el secuestro; total si al niño del poema le robó su voz un grillo, a mí pronto puede llegarme una carta pidiendo recompensa.




Nah.