septiembre 30, 2005

La nena

Tengo la impresión de que mi profe favorito de los jueves no va a durarnos mucho rato. Cada vez me gustan más sus clases, pero al mismo tiempo sé que alguien le va a ir con el chisme a la administración (de todo da la mata), y nos quedaremos sin él.

A Reivaj no le agrada demasiado, no está muy de acuerdo con sus ideas, y casi nos peleamos. Me detengo a tiempo y le digo que mejor hablamos de eso otro día. O nunca. Reivaj no puede discutir sin exaltarse, como dice mi ñaño Daniel, es demasiado como mi madre, por eso chocan todo el tiempo. Puede que su equipo de fútbol haya ganado y todo haya sido perfecto, y aún así se emociona y parece que estuviera buscándole pelea a alguien. Cruz no deja de hablar pero igual se da cuenta.

Quizá sea porque en mucho de lo que Cruz dice veo reflejada mi propia visión. Solo que no me he tomado la molestia de explicársela detalladamente a mi hermanito, porque la experiencia dice que no me dejará llegar al final. No sé quién es más arrogante de los dos. Ël, que no sabe escuchar. Yo, que me evito la fatiga de hablar si sé -si asumo- que en realidad no me están escuchando.

En fin. Reivaj y yo nos ignoramos. Pasa la primera clase, la segunda, llega griego. Saco mi manual, lápiz y sacapuntas. He perdido el borrador, así que cada vez que cometo un error de conjugación, tacho.

Delante de mí está sentada una nena de unos siete años, que va con sus papás. Se vira y me sonríe. Las últimas semanas me he quedado esperando en las escaleras o en el jardín a que Reivaj salga de gramática. He ido a la tienda de la esquina a comprar agua y algo para comer. La china se aburre, por lo visto, porque baja a hacerme compañía y a compartir mis cachitos. Una vez llevó a su mascota, un perrito de un par de meses. Se le cayó escaleras abajo, y los dos se pusieron a llorar. Yo, paralizada, mi terror, no saber qué hacer cuando la gente -y los animales, descubro- llora.

Ahora se da la vuelta en el asiento y, después de un rato, pone algo sobre mi manual lleno de tachones. Me quedo mirando ese pedazo de borrador con hexágonos blancos y negros, pelota de fútbol. Ella deja la otra mitad sobre su cuaderno y sigue pintando. No sé qué cara poner, me quedo parpadeando, digo gracias.

Le tengo que decir la nena, porque no nos hemos preguntado el nombre.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman