Cuestionada [dicen los que saben]

La Mafer, la que nos coordina cuando hay que hacer fotos, conseguir modelos y etcétera, se operó las vistas. Entonces cada cierto tiempo tiene que ponerse unas gotas. Y es el drama. Lo peor es que todavía tiene que usar gafas durante un tiempo, entonces cierta gente no le cree cuando la ve y le pregunta si de verdad se operó. Mafer se quita las gafas, se levanta los párpados y les muestra los puntos de la operación. Yo ya me acostumbré a verlos porque adivinen a quién agarró de víctima para ponerle Voltarén en los ojos. Pero si vieran las caras que ponen los demás. Una mujer casi sale corriendo.

Yo, como en el día de la resurrección me van a dar ojos nuevos, mejor me quedo como estoy. Además con los que tengo me alcanza para leer y ver televisión, y esto sumado a que tiempo ha que no me embarco en el bus equivocado, me ayudan a seguir en mis trece.

El barco acá no anda muy bien; lo de ayer pasó sin más pena ni gloria que toda la alharaca interna, de la que ustedes captaron unos cuantos destellos. Eso sí, deber cumplido. Pero hoy la mayor parte de la tripulación fue convocada a recibir malas noticias. Así que andamos todos meditabundos, lo que hace de este un lugar silencioso. A excepción de la paparazza, que no está en el secreto y anda de lo más alegre y bulliciosa, aunque a mí sigue sin hablarme, digamos que por mi espontaneidad *carita de inocencia*.

Por tanto, me aburro. Ya el ente tiene todo el material, aunque es grande la duda de que esté trabajando en mis páginas, porque me pide que le busque imágenes de las entrañas de un toro. ¿Se habrá hecho adivino? Nah, lo que anda es activista. Como no le hago caso, se me ha informado que soy una cómoda a la que no le importa el mundo en que vivimos. No es que no me importe. Ese asunto de las corridas me parece asqueroso. Pero mientras más atención le prestes... Además que no es ni de cerca lo peor que pasa en esta ciudad. Otra flor para el ramo, solo que fresca.

Pero parece que hay consenso en eso de llamarme cómoda. Por ejemplo, no tengo problema en admitir que yo apoyo a un solo equipo de fútbol, y eso cuando veo que tiene posibilidades de campeonato. Creo que más que nada lo hago por ver la cara de indignación de mi hermano, que no puede creer que sangre de su sangre sea de los típicos que se arriman al carro ganador. Es tan gratificante.

Así que mi ¿lealtad con las causas justas? ¿justas para quién?, en fin, eso, ha sido seriamente cuestionada.

Me gustan los zapatos cómodos. Y pasar las mañanas de los sábados diciéndole a mi cama cuánto la he extrañado. Ir o no ir, hablar o no hablar, dependiendo de si quiero o no quiero, respectivamente. De ahí a que el resto de mi vida sea cómoda... Les diré qué. Haremos investigación de campo. De aquí en más, mediré mis índices de comodidad, no vaya a ser que todos estas autoridades en el tema tengan razón y yo ni enterada, perdiéndome de tantos beneficios.