Teorías

Ando iluminada. Cómo se aprende haciendo los deberes. De repente cobran sentido las explicaciones del profesor, esas mismas a las que yo les ponía cara de ¿qué rayos? Porque claro, al no hacer los ejercicios, qué rayos mismo iba a entender. Hasta estoy aprendiendo a colocar las tildes (acá se llaman espíritus y acentos). Me ha conmovido tan profundamente, que esta tarde y noche seguiré en plan de estudiante aplicada. O sea, volveré a faltar *sigh* y me encerraré a fajarme con el diccionario y el manual. Aunque después de cinco horas juntos, ya somos casi amigos. Eso sí, se me consumió el borrador, y un lápiz que empezó joven y nuevo ya va por la mitad. Mi caligrafía es horrible. Pero no me rendiré.

Mi mamá me ve toda concentrada, rehusando ir a comer galletas con manjar, y se queda perpleja. Creo que es porque ni siquiera estoy pegada al teclado. ¿Muchos deberes?, me pregunta. Espérate, que ya termino. Ajá. No vi ni Zona Muerta, con eso les digo todo. Ha sido interesante este asunto del griego, y yo me vengo a enterar a un mes de terminar el curso. El año pasado me emocionaba tanto la idea, pero las planas terminaron por desilusionarme bastante.

Pero ahora que he retomado, me doy cuenta que es medio adictivo. Entre otras cosas, me encuentro con la palabra theoría, que de significado me da espejismo y escenario. Eso explica mucho. Cuando quiero explicar algo y digo esta es mi teoría, estoy en realidad pintando nada más un posible escenario (yo descubriendo el agua tibia), ejercitando la inventiva, pero por ningún lado veo que implique que estoy teniendo la razón. En ese sentido, ¿deberían los narradores ser acreditados como los más grandes teóricos del mundo? Por acá teoría tiene tinte científico o detectivesco, pero creo que algo del mérito debería recaer sobre la gente que cuenta, que crea espejismos en los que nos detenemos un momento, o por momentos, burbujas más o menos oscuras de vida en las que quizá hasta podemos reconocernos. Me gusta mucho la idea.

-Tanto gusto, y usted ¿qué hace?

-Soy teórico.

-¿Cómo dice?

-Sí, ya sabe, invento teorías.

-¿Inventa...? Ya.

Pues a ver dónde irían a parar, a qué escuela se remitirían, qué dirían los títulos en sus paredes, sus tarjetas de presentación, las reseñas de los libros, las entradas en internet, A temprana edad supo que quería dedicarse a teorizar. Lo que más me agradó fue no encontrar de sinónimo patraña, porque ahí sí se confirmaban todas mis sospechas de que nada más se trata de camuflaje para un montón de mentirosos. (Edipa, aquí va tu cuña). Nada de posing, amiga, se ha sabido llamar teoría.