diciembre 08, 2005

Decreto

Estaba medio enojada con un amigo al que veo poco, pero que tiene una especie de, digamos, afecto paternal por mí. Y no pues, yo ya tengo papá, y es bien chévere. El caso es que por temporadas, a F le da por llamarme o verme, y dale a preguntarme, inocentemente, cómo estoy. Y de ahí, el interrogatorio. Suerte, como ya digo, que casi no nos vemos. Bueno, hace un par de semanas reapareció y como era a los tiempos, vino con fuerza: me replanteó toda la existencia, estaba torciendo el camino, callejón sin salida, fracaso inminente, y yo también que me pongo a escucharlo, me dejó mal.

(Saliéndonos un poquito del tema, ¿cómo se puede ser un referente cuando no tienes ni idea de que eres un referente? ¿Pretensiones ajenas o las tuyas propias?)

Volviendo al relato. Suerte que mi dad se dio cuenta y apenas intenté chillar por el pretexto de ser humano que soy, me dio mi par de bofetadas morales, y tuve que reírme de alguna de las bobadas que dije.

Y bueno. Como no tengo el corazón, las agallas o las tripas que se requieren para mandar a F a vigilar sus propios asuntos, resolví no contestarle más las llamadas y no estar en casa cuando anunciaba que iba a ir, y adivinen qué, ya tengo otro incentivo para no ir a la clausura del seminario que es este sábado.

¿O lo tenía?

Me mantuve firme en mi propósito hasta el martes en la noche, en que volvió a llamar. No le contesté. Me mandó un mensaje preguntándome cómo estaba. Estuve a un tris de portarme idiota, pero como la mejor defensa es el ataque (eso lo aprendí en Supercampeones), le devolví la pregunta. Resulta que mal, con su esposa hospitalizada, y como ellos no tienen familia aquí, no tenía quien lo acompañara ni quién se quedara con ella mientras estaba en el trabajo.

Imaginarán cómo me sentí. The Wicked Witch of the West. Dorothy, derríteme sin piedad. Ahí estuve como media hora analizando el segundo en el que pude haber cedido a la mala, mala Dael y dicho lo que no debía. (¿O sí debía? ¿Importa ahora?) En lo que pude haber causado. En lo que pude no haber ayudado.

Me acordé de todas las personas (me sobran los dedos de una mano, pero todo sea por el efecto dramático) a las que les pregunté qué podía hacer para que F entendiera que estaba pasando los límites de la confianza. Claro, me dijeron que lo mandara a vender enciclopedias Nacho, y con tanto énfasis lo hicieron que pensé que razón habían de tener. Después de todo, yo soy la gil a la que le soplas y se siente culpable.

A la única conclusión que he llegado es esta: Dael ya déjate de ser influenciable. El único que te ha hecho sentirte mejor hasta ahora ha sido tu viejo papá, el que siempre te hace dar coraje porque no te da soluciones sino que se sacude las manos y te dices que uses el pedazo de criterio que según él te ha heredado.

No se trata de impresionar a nadie siendo muy muy buena o muy muy mala. Se trata de que seas tú, y de que cuando la riegues, al menos sea con la plena conciencia de todo el mérito es tuyo.

Dado y firmado... etc.


(Parece que llamé a Reivaj en mal momento; creo que me acaba de retar un profesor =S )

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman