Haute couture

(Sam, I'm so sorry I perpetrated your language again)


Prueba sorpresa otra vez. Si esperaban que Dael se pusiera a leer los periódicos antes de irse a dormir, es porque en verdad son unas almas cándidas.

Ya está. Toca entregar las riendas, colgar los tenis, soltar el timón, desalojar la ratonera. Ni me quiero imaginar cuando estén los resultados. Qué más da. Con lo enredada que anda mi cabeza ahora.

La única pregunta que contesté bien fue esa de las características del ubersexual, y eso porque acá mis colegas revisteros agotaron el tema. De ahí, la única otra que me sabía, era describa las características de la camiseta de la selección (ok)... y sus bondades (¬¬). Ahí me dio coraje, y no contesté. Esperen, sí contesté: puse que no me había gustado.

Estoy con trabajo atrasado, tareas que no me corresponden, un par de troles nuevecitos enfrente, y me salen con la camisetita de marras.

Anoche me encontré en el chat con la paparazza. Tenía entendido que por estas fechas se iba del país, y mejor dicho no sé qué me dio, pero la saludé. Conversamos bien un ratito, y luego resurgió toda su capacidad dramática y el resentimiento guardado por semanas y semanas por aquella vez que no la acompañé ya no me acuerdo a qué cosa. Otra vez el lío ese de que a quién querés más Mafalda, a tu papá o a tu mamá.

Odio que me pregunten eso. Odio que me destripen y me examinen los afectos. Una de dos. Empezaba a hablar y la ofendía (sin necesidad ni talento para ser malhablada, digo cada joya por la que luego la conciencia me manda al calabozo). O quedarme callada. Opción B, porque ya había agotado el primer recurso el día anterior. Me puse la armadura y aguanté la acometida. Y sí, todo es mi culpa, qué se le puede hacer si no soy más que yo. Ajá, soy cruel y reincidente, y la persona más fría ever.

Ya en serio, esa es otra que me molesta ¿porqué las calificaciones? ¿Por qué nos vamos a los extremos? Porque así como la señorita paparazza piensa eso de mí, hay quienes opinan todo lo contrario. Que yo soy flor de gente. Cuando lo cierto es que no hay de cal ni de arena. No tengo personalidad bipolar, yo soy bastante menos interesante que eso, y aunque resulte muy divertido imaginarme en la onda Saga de Géminis, la verdad es que casi siempre somos yo y todas, todas mis circunstancias, que enfrentadas a otras tantas circunstancias, sabrá Dios qué darán como resultado.

Así que dejémonos de asumir que conocemos a la gente. Dejémonos de pensar que lo sabemos todo, que lo prevemos todo, dejemos de jugar a la sibila. Somos cada uno un espectáculo cambiante. Los patrones de conducta son solo como esas guías de papel que usan en la alta costura: guías. No le van a quedar bien a todo el mundo. Algunas van a necesitar pequeños reajustes. Otras te van a plantear rediseño completo. Y si no te enteras, en el rato menos pensado te va a sobrar o a faltar tela, te aviso.



(Me hace bien venir por aquí. Ya na más de releer las últimas líneas me estoy riendo de nuevo.)