Alma en pena (aka Diablillo Sunrise)
Estimados todos. Según los últimos comunicados oficiales, parece que al más puro estilo de estrella del telenoticiero, mi pálida existencia llegó anoche a su fin con la ayuda de unos cuantos diablillos. Los sms recibidos justo antes de tan infausto acontecimiento, atestiguan que se me advirtió del poco glamour que eso revestía, pero para empezar no soy glamorosa y, además, creo que solo fallan cuando están muy pasados. Lo malo son los efectos secundarios, porque minutos después del megabatido, no me acuerdo bien que pasó.
Ya a la mañana siguiente, no se siente tan mal. La pereza, déjenme contarles, no se quita. Las ganas de desayunar, tampoco. Ni tan siquiera pude atravesar las paredes. Lo que sí es que parece que la plata tiende a desaparecer más rápido que cuando estás viva. Yo juraba que en mi billetera aún penaban algunas monedas, y naranjas. Para colmo perdí la libreta del banco, justo después de dañar la tarjeta. Y dicen que hoy me pagan. Grandioso. A más de difunta, indocumentada. Me van venir a acusar como a los parientes de estos viejitos que ya dieron el salto, a los que ciega tanto el dolor que siguen cobrando las pensiones.
Ah sí, transparente como que sí te vuelves. Mi mamá ni se dio por enterada cuando le pregunté si me había hecho un jugo o algo. Mis hermanos ni escucharon cuando hice escándalo por la pérdida de MI control remoto. Lo útil es que se me ocurrió tomarme el preparado como a las once, justo cuando mi mamá acababa de darme en préstamo, generosamente y sin consultar, para ayudar a unos primitos que andan raspando en los exámenes. Aproveché para hacerme la invisible, y sorda, de paso.
En el bus constaté que a los muertos se les tiene poco respeto. Como si no te vieran, te empujan sin ningún miramiento. Quizá es que no te ven, claro. A la entrada del trabajo me encontré con un amigo de la universidad y actual compañero de cadenas al que no veía hace siglos, que me dijo: '¡Resucitaste!'
Supe que lo decía para hacerme sentir mejor.
Na más llegar, saludo al público presente, y solo el ser maligno que se sienta a mi derecha, que tiene poderes que lo facultan para ver más allá de lo evidente, me contestó. Una prueba más. Entro al msn, y las reacciones son variopintas. Unos lucen nicks conmemorativos. Otros se preguntaban qué mismo pasaba. Otros ni me saludaron, asustados de verme aparecer por allí. Otros, decepcionados. La incredulidad reinaba. Y por último, he suscitado la envidia de Al, que la semana pasada intentó utilizar el atún en mal estado como medio para alcanzar el Nirvana, pero solo le resultó una mísera intoxicación. Principiante. Ahora amenaza con medidas más drásticas, como ponerse a ver el canal ese de UHF que solo pasa reguetón, o sintonizarse esta tarde a la maratón de telenovelas mexicanas. Echando a perder se aprende.
Las causas. Cierto. La verdad, es que no me acuerdo bien. Antes ya había sido acusada de espíritu chocarrero y de ángel de la guarda, y aunque ambas afirmaciones tienen mucho de fantasioso, yo creo que eran algo así como advertencias de los hados, hartos de que siempre los ande culpando de mis meteduras de pata. Lo único que circula por mi -ahora occisa- memoria, es la frase 'Has perdido tu lugar en el paraíso', pero no logro hacer que encaje en este rompecabezas en que se ha constituido mi muerte. Dejo el trabajo a los detectives.
¿Saben qué es lo extraño? Ahora que recuerdo, anoche bien tarde llegó un mensaje de un número que no pude identificar, al teléfono que utilizaba antes, y que ahora pertenece a mi madre (me fui sin hacer testamento). Decía: 'Hola. ¿Ya estás del otro lado?'
Y qué creen. Continuará.
|
0 me llevan la contraria:
Publicar un comentario