mayo 23, 2006

Científicos locos, atentos

Odio equivocarme. Odio no percatarme cuando me equivoco, y que me lo vengan a decir después. No es que yo sea perfeccionista, nooo, para nada. No me obsesionan esas cosas. Prefiero transitar plácidamente por los jardines de la desidia, aunque apenas llegar, descubres que todos los bancos estén ocupados por gente reacia a cederte el puesto, y tengas que volver a las ligas menores.

Pero el quid es que no-me-gusta-equivocarme. O será que lo que no me gusta es darme cuenta después. Puede ser. Los errores deberían estar convenientemente encubiertos de nuestra vista, para no arruinarnos el día.

Ay, ya sé. Me lo han dicho hasta el cansancio. Si no te equivocas, no enmiendas. Echando a perder se aprende. El golpe avisa. Damn. Pero es que se siente tan mal. Una está feliz, inspirada en su nuevo tema, y viene alguien y le dice, se te pasó esto, oe. Ánimo por los suelos. Soy un fracaso. Ni con dos tazas de café tinto. Tripulación al agua, sálvese quien pueda, hundamos el navío.

Sale mejorcito cuando te lo dicen tus amigos, así con cariño. O cuando tú mismo preguntas, ¿en qué me equivoqué?, en parte porque estás casi seguro que chequeaste todo y no hay en qué puedan atraparte. O cuando en esos raros momentos de sinceridad, ya pues, quieres ver en qué podrías mejorar.

Pero no cuando de fondo tienes la Marcha Imperial y estás convencido de que pronto el mundo empezará a marchar de acuerdo a tu conveniencia (¿Qué? ¡Si lo mismo pensaban Pinky y Cerebro!). Y viene de pronto algún malparqueado y te dice: aquí te salió mal... Una de dos. O matas al bienintencionado (lo cual contraviene la convención de amar al prójimo), o te mueres. No literalmente, claro, pero por suerte en este mundo moderno todo se arregla con las miradas asesinas, prácticas y multiuso, o morirse de la vergüenza o de la decepción.

Yo, por ejemplo, estoy acá, en mis asuntos, bien tranquila, cuando el ente hace aparición.

- ¡Oye! Te equivocaste en la página tal.
- ¿Yo? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿En qué tema?
- ^..^ Caíste.
- ¬¬


Aquí vendría o un Avada Kedavra, o la escena esa en que al coyote le caen un yunque en la cabezota. Dónde andan los de ACME, o cualquier otro fabricante o laboratorio, que les tengo un cobaya. Yo les indico dónde está y ustedes proceden a la captura. Tranquilos, que se garantiza absoluta confidencialidad. Nadie pedirá recompensa.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman