mayo 19, 2006

¡Otra! ¡Otra!

Tenía la impresión de que iba a ser un perfecto jueves miserable. Discusiones por aquí; troles por allá; Rafael proyectando, pa variar, otro blog; gente barajándose de ir a ver el Código Da Vinci. Nada salía bien. La verdad no he leído el libro, ni estaba emocionada por ir a verla. Publiqué a los cuatro vientos que no me interesaba, justo hasta el momento en que vi el tráiler y te recitan el elenco.

Damn. Tuve que tragarme mis palabras. Que es probable que la cinta siga siendo menos que pasable, pero quiero saber cómo así (además de la paga) consiguieron reunir a toda esa gente. Así que para allá migraremos cuando se ponga el sol, o quizá después, porque hasta ahora solo constan en el haber cuatro páginas.

Estaba, como les digo, cerrando el quiosco, cuando Mil me dice que todavía no se va a la casa porque tiene que ir a un concierto. De la Sinfónica Nacional. Yo ni enterada. Y se supone que debería estar leyendo los periódicos.

Ejem. Volviendo al tema. Bien podía acompañarla, así que fuimos. Apenas llegamos me arrepentí, yo casi que andaba en pijama y allí todo el mundo guapo. Pero una vez que conseguimos asiento, casi en el palomar, estuvo chévere. Tienen un buen arreglista, se llama Julio Bueno. Música clásica, boleros, pasillos, mariachi. Ya llorábamos por Granada y Guadalajara, aunque nunca hemos estado en esos lugares. El menú anunciaba como postre Cinco centavitos. Espérabamos ver sumarse a la orquesta al hombre de la peinilla y la botella, pero no. Mucha 14 en nuestros recuerdos.

Y ya les digo, muy bien hasta que a las sopranos se les enredó la letra de Guayaquil de mis amores, que no estaba en el programa. Sacrilegio. Yo estaba escandalizada, con el patriotismo aflorando en mis ojitos miopes que apenas si alcanzaban a distinguir la primera fila de músicos, pero para fortuna de las cantantes, se recuperaron rápido, la gente ayudó y el show pudo continuar.

Esto nos enseña algo. No improvisemos números. Se acabó el programa, y si te piden otra, agradece, haz la venia, y emprende la graciosa huida. A menos que hayas previsto y ensayado por si te pedían una más. No sé si se estila, nunca he sido artista. Pero debería constar en el contrato. Para la próxima.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman