mayo 12, 2006

Resentidos

Uno no siempre puede ir. No siempre puede ayudar. No siempre quiere opinar y no siempre está de ánimos. Pero otras veces, otras veces te estarás sacando el aire tratando de complacer o de ayudar a alguien, corriendo de aquí para allá, buscando tal o cual cosa, esmerándote en que algo quede bien. Y no se puede, por el motivo que sea. Al resentido no le importa eso. El resentido te dirá, lo que pasa es que no me quieres.

Pero por qué, me pregunto yo, hay que recurrir al melodrama. Y peor cuando estás como el pulpo, poniendo a trabajar hasta los alter egos que no sabías que tenías, para quedar bien. Es entonces cuando da coraje y piensas, estoy haciendo esto de buena fe, me estoy incomodando más de la cuenta, ¿y todavía reclamos?

Entonces te sientas, te tomas tu taza de té o de lo que sea, y te relajas. Y que el resentido ose acercarse a plantear su discursito patético (por lo conmovedor, aclaro).

Pues noticias. El resentido no osa. Se queda en su rincón mascullando su rencor eterno, mientras le importa un pepino en si andas en avión, en bus o a pata. Le resulta imposible dejar de pensar en sí un ratito, para acercarse a preguntar, ¿cómo estás? La pregunta no toma más de dos segundos. Y si no la hacen, si no se les pasa ni por la cabeza hacerla, que con su pan se coman el resentimiento, hermanos.

Y a otra cosa.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman