Al Este, Mordor

Ya volvió la locura esta de los concursos. No, no los tristemente célebres que se hacen en este blog, sino los de verdad. Digo, los que hacemos acá en el trabajo, en los que el departamento de marketing me 'asesora' con las bases.

Diez sobres recién. Pero chito, que no quiero quejarme, pensando ingenuamente que eso será todo, y luego estar hasta el cuello en papeles. (Y escarcha, en el caso de que sea navidad).

No sé qué está pasando, pero las ideas geniales en las que, oh milagro, hasta logro ponerme de acuerdo con el orco, y que creemos que van a ser aceptadas y premiadas, nos las están rechazando. Ya me tienen frita. La semana pasada, una portada cheverísima: que no. Que los niños no la van a entender. Claro, son brutos, los niños ¬¬. Ahora, un tema en el que me pasé el domingo y que me gustaba: que no. Que algo más simple.

Ah, caramba. La vida no es simple. Ni para los niños. Y a los niños que sus tutores se las ponen simple, acaban viendo todo distorsionado.

Eso es lo que menos me gusta de mi trabajo. Cuando me dicen lo que tengo que escribir o cómo escribirlo. Casi nunca, pero de repente que pasa, es muy desagradable. Y antes que transformar un texto a gusto del editor, prefiero dejarlo tal como está, archivarlo, y buscar tema nuevo. Mejor eso que machetear algo a lo que ya le había dado forma. Ya veré qué hago con ese temita.

Sospecho que el señor del anillo tiene algo que ver en todo esto.

Todo lo que escribo y no se publica en ninguna parte porque no está completo, porque ya no me gustó pero no me late borrarlo, o porque no le gustó al jefe, va la carpeta de los artículos muertos. Pareciera que algún señor oscuro aburrido se dedica a reunirlos a todos y atarlos en la tierra de Mordor, donde se extienden las sombras.

Casi nunca me paso por ahí. Ha llegado a ser el sector más asustante de la pc. Lo que no verá la luz, allá va a parar. Bien puedo encontrar algo que me dé nostalgia, o me sale algún trol y me saca corriendo. Prefiero evitar la fatiga y el susto.

Sé que algún día tendré que volver. A borrarlo todo, a ver qué rescato, a ver si logro salir ilesa. Recuerdo a los ángeles, que fueron los primeros a quienes abandoné en esa desolada región, y me pregunto cómo les habrá ido, si todavía están vigilando o ya se rindieron al sistema. Pero no me atrevo a ir a cerciorarme. Porque en Mordor está Sauron, y yo no logro encontrar mi lado hobbit cuando de textos muertos se trata.

Las sombras del archivo sobrevuelan el reino, y yo me hago la que no vi nada.

Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo
Siete para los señores Enanos, en casas de piedra
Nueve para los Hombres mortales, condenados a morir
Uno para el Señor Oscuro, sobre el Trono Oscuro
En la Tierra de Mordor donde se extienden las sombras
Un Anillo para gobernarlos a todos
Un Anillo para encontrarlos
Un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas
en la Tierra de Mordor, donde se extienden las sombras.