julio 20, 2006

También hay milagros

Al fin tengo ganadores. Jolly good. Pero como me llamo Dael y eso significa que nada puede salirme perfectamente bien porque es que ahí sí se rompe la armonía cósmica, y la Tierra empieza a dar más tumbos de los que ya la sacuden, algo tenía que pasar.

El honorable jurado calificador escogió para el primer lugar justamente a un chico que vive al otro lado de este pequeño pero difícilmente transitable país. Chico que dejó un único número de celular. Número de celular al cual no se dignaba responder. Juro que fastidié a todos los conciudadanos del niño que conozco -e incluso a algunos que no conozco-, para que me ayudaran a saber si la dirección era real, si la escuela existía, si salía en el directorio telefónico. Gracias públicas a todos.

Los de la embajada de este reino en esas alturas, se la sacaron como toreros, muy ocupados ellos. Y yo una vez más en una de esas disyuntivas que me hacen desear ser amoral. Pero solo durante unos breves instantes, enseguida se me pasa. ¿Le comunicaba a los demás que el niño no aparecía? Ok, y me dirían, frescos, que qué pena, pero entonces el premio se lo damos a otro. Pilatos lo hubiera encontrado a su talla. A mí me iban a salir ronchas. Era lo más cómodo, lo sé, pero en vez de eso seguí fastidiando, busqué una guía de la ciudad en cuestión, busqué en internet listados de escuelas, supliqué, chantajeé, negocié...

Por último, me senté con el papelito de los datos del niño y miré sus números patojos. ¿Y si cambiamos este cuatro por un uno? Equivocado. ¿Este 8 por un cero? Equivocado. ¿El 2 por un 8? Equivocado. ¿El nueve por un 4? Nop. Y entonces, no sé de dónde vino la iluminación, o alguien allá arriba se compadeció de la calamidad que se me venía, y me ayudó a transformar un 9 en 5.

Si hubiera podido abrazar al padre de ese chico, lo habría asfixiado. El hombre contándome que su hijo se pondría muy contento, y yo contándole que no podía ni imaginarse lo contenta que me hacía a mí haber hecho esa llamada de una buena vez. En fin, que no cabía tanta felicidad junta. El mundo se pone así a veces.

Las penurias no han terminado, pero al menos creo que eso salió bien. Al menos ninguna de las personas a las que llamé por error me insultó.

Las últimas semanas dejan mucho qué desear. Das tanto de ti porque tu trabajo te gusta, porque crees que de algo sirve, porque sí. Y cuando necesitas ayuda...

Eso era, Dael. Que no se te olvide.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman