Todavía falta

La otra noche nos tuvimos que llevar corriendo al pobre Reivaj que se puso enfermo por andar comiendo tonterías en la calle. Naturalmente, al día siguiente, a la voz de tenían que ponerle un suero, ya estuvo en pie, se fue a clases y sigue con su grupito de aspirantes a pintor. Por la mala noche, y por andar de metiche en asuntos que no me atañen, me gané un dolor de cabeza marca ACME.

En medio de todo, hay cosas buenas. Como lo único que saqué en limpio hasta ahora de esa feria del libro. Mi nombre escrito en japonés ^^ y por un japonés de verdad, más un dibujito anime (grax, Rafa). Bueno, ya, no fue mi nombre, fue mi nick.

También tengo pendiente una noble misión con Claudieko (que se nos fue sin decir adiós) y Catito. Registraremos para la posteridad el recorrido de la tradicional línea de buses del sur: la 40, que en breve dejará de prestar sus servicios para ser reemplazada por la metrovía (la cual me late que a mí ni me va a servir).

Me acaban de mirar raro porque no tengo calendario. Creo que esta máquina tiene uno, pero no lo uso. De repente, anoto algo en el teléfono, para que me avise. Aunque no todo, porque a mí esa cuestión de las fechas sí se me queda. En especial cuando de trata de alguna de las siguientes:


Los feriados, por ejemplo. Aún más si hay puente.

Las quincenas. Aunque la ilusión dure tan poco...

Las vacaciones. Gloriosas, inalcanzables, límpidas vacaciones que casi casi parecen no tener fin.

Las vacaciones del boss. Tiempos de paz.

Las fechas en que salen las películas/series que realmente quiero ver o leer.

Y, desde que trabajo en un lugar donde te dan libre el día de tu cumpleaños, puedo incluirlo en la lista.


Desde la mañana he estado recibiendo los típicos mensajitos, emails y felicitaciones de cumpleaños en la cafetería. Estaría emocionadísima de no ser porque no es mi cumpleaños. Así es como vengo a descubrir que mis amigos no se saben la fecha. En serio que lo digo. Me felicitan un mes antes, una semana antes, un mes después... Y hasta hay los que salen bravos porque '¿Segura que no era el 7?' Otros me preguntan descaradamente cuándo mismo es que era. Bola de insensibles.

No, ya, en serio. No me resiente. Y de eso se aprovecha Fufura, quien a propósito ha corrido la voz de que hoy es el día. Al principio lo hizo por error (siempre anota mal en su agenda), pero ahora se ha convertido en un deporte para ella. Ya le dije que si va a amagar, lo haga bien: ya que me van a estar deteniendo a felicitar a cada rato, quiero mis regalos y mi torta. Con carácter de urgente.