Ahora es metro

A más de que iba muy lleno, viajar en la metrovía no tuvo inconvenientes. La rata Clau y yo íbamos a pagar nuestros 25 centavos, y nos dijeron que pasáramos nomás. Queríamos creer que hay preferencias para las ratas, pero no. Hasta ayer era gratis. En el otro carril, las 40 pasaban y se daban perfecta cuenta de la traición. Ojalá no guarden rencores.


Pros y contras. Primero, aunque es verdad que hay que ir de pie, el bus va lento y no corres riesgo de caerte. Por otro lado, el bus va lento, y uno se aburre. Bastante.

Como no hay música, ya no estaremos al día en los últimos éxitos de la música chicha y el reguetón. Como para cortaaarse las venas.

Un grupo de niños que habían ido solos se entretuvieron un buen rato bajando y subiendo a saltitos en cada parada, y reteniendo las puertas cuando ya iban a cerrarlas. Una actitud bien tonta (no infantil, que no es lo mismo aunque muchos lo confundan), pero por suerte alguien sin hacer mucha alharaca les advirtió que lo dejaran.

Si vas con paquetes, te fregaste, a menos que alcances puesto. Y a los niños pequeñitos se les hace muy difícil el viaje porque no tienen de dónde sujetarse, y terminan agarrados a las rodillas de sus padres o de algún adulto que esté cerca.

No sé cómo le harán los vendedores ambulantes. Si pagarán el pasaje para luego estar todo el día de parada en parada. Pero sería muy incómodo, eso sí.


Mañana empieza la convención de cómics en la Plaza Colón. Parece que está abierto hasta las 8 pm, así que tengo esperanzas de ir. Para la del año pasado estuve de pasadita, y vi varias cosas interesantes, pero no pude conseguir ninguna. Esperemos tener más suerte esta vez. Rayos, tendré más suerte esta vez. Aunque quién sabe. Mejor iré, veré, y ahí decidiré si me conviene o no la oferta. Digo, hasta ayer yo pensaba que sería chévere tener un iPod. Ahora que he visto lo que cuestan unos audífonos y demás majaderías para que lo uses como arete, le he perdido bastante el gusto. El señor Jobs podrá ser genial. Pero a la genialidad, de vez en cuando, le vendría bien una pizquita de sentido común. Vivimos todos en esta Tierra.