Anime y prejuicio
Solo a mí me pasan estas cosas. Lo juro. Debo tener un imán para las situaciones extrañas.
Me fui a esa feria del cómic. Pocas veces he ido a estas exposiciones. Y se debe a que parte de mí realmente quiere ir, mientras que otra se resiste.
Creo que todo se remonta a la primera vez que fui a una, hace unos cuantos años. Me arrepentí de inmediato. Había tanto que quería ver, pero el problema es que el sitio estaba (prepárense) lleno. Y yo que todavía no me compro una tarjeta de sociabilidad. Además, qué público. No me hace mucha gracia pasearme en medio de una congregación de devotos de la ropa negra y cabellos teñidos de todos los colores del espectro.
Sip, cuesta muchísimo sacudirse el prejuicio. En realidad, a mí me costó unos cuantos centavos. Como decía, llegué anoche con esa mezcla de expectativa y renuencia, y aunque normalmente no tengo problema en andar sola, al poquito me sentí cohibida entre los aprendices de Sith que merodeaban por el sitio. Para no estar dando vueltas, opté por sentarme en un banquito de parque y llamar a Moonie, que por ahí debía de andar. No me contestaba. Pánico. Intercambio de mensajes.
'¿Dónde estás?'
'¿Tú dónde estás?'
Diez sobre diez en mantener la cabeza fría en situaciones de riesgo. En eso alguien se acerca, me roba la luz de la veintiúnica lamparita del lugar y me pregunta: '¿Tienes minutos en tu celular?'
'Huh?'
Otro diez en elocuencia. Ya estaba pensando yo, marchó el teléfono, Daelita. Para variar, el oponente es mucho más grande que tú. Quién te manda a venir sola. Te lo advertí, pero nooo, tenías que mandarme a callar como de costumbre. Para que aprendas.
Mientras mi superyó se mandaba su discursito inaguantable, me fijé en el muchacho. Tenía una cara de desesperación única. Le ganaba a mi cara de desesperación única. Algo decía de estar preocupado, que su mamá, que nosequé.
Decide, Dael. Ayudas y te expones a quedar como estúpida y sin teléfono, o no ayudas y después ni tú te aguantas.
Ok, graduémonos. Hizo la llamada. Y lo siguiente me quitó de una vez por todas el respeto a la gente que viste de negro en convenciones de cómics, anime, manga y otras hierbas mágicas.
- ¡Mami! -el grito desgarrador casi me hace caer del banco-. Estoy aquí en xyz, con Lalo y Lolo, en la exposición de cómics, no te preocupes mami, ya voy para la casa; sí, ya sé qué carro me lleva, no me demoro, en 24.5 minutos estoy allí, espérame, no te vayas. Sí, estoy bien.
No se trataba de mí, y sin embargo quería que la tierra me tragara, especialmente porque todo bicho viviente se detuvo a presenciar la escena. Se fue dejando bendiciones a mí y a mi parentela.
La pereza olvidada, corrí a buscar a Moonie, solo para encontrarla acompañada de varios clones del individuo antes mencionado, discutiendo sobre los derechos de propiedad de un cd pirata, que si Dark Tsubasa, que si Dark Kamui... Ya les digo. Mutaciones de Sith y samurái.
A mí, por si no se nota, me gusta el anime. Mucho. Lo veo con todo el gusto del mundo. Pero de ahí a vivir disfrazada, hay una diferencia.
Momento. Este asunto bloguero es como un disfraz, ne? No ayuda mucho la muñequita del encabezado. Rayos.
Pronto estaré en una de esas sociedades anónimas. 'Mi nombre es Dael y empecé con el anime a los 8 o 9 años. En realidad, no es Dael, pero... ustedes me entienden, compañeros'. *aplausos y sollozos*
La enfermedad se expande, y no son solo los jovencitos. Después de ver al aire libre una ópera rock de Matsumoto llamada Interestella (me late que los de Gorillaz vieron esto y de ahí abrieron el quiosco), Moonie quiso dar una última vuelta por los puestos que ya estaban cerrando. Ahí encontramos a los organizadores, dos tipos de la edad de mi papá (y otros aún más veteranos, enternados y todo que andaban emocionados cual niño en parque acuático). Tenían a la venta todos los episodios de Evangelion.
Ah no. Yo de esa feria no me iba sin comprar algo que atestiguara que estuve ahí. Agarré las cajitas y las pedí, mientras Moonie me decía que no, que en la bahía están más baratos. Sería ideal, si yo supiera bucear en la bahía.
Qué creen. Mi mala suerte. Justo faltaba un dvd, el penúltimo. Así que compré solo los primeros cinco, y caí en la trampa. Porque me dijeron que tal vez este sábado tengan los dos restantes.
Volveré.
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