Y ahora qué habré hecho

Tengo la impresión de que algo olvidé o hice mal. Pero no se qué. Después del tercer intento fallido de recordar qué podría ser, me dio pereza, así que mejor sigo con lo mío y espero a que salte la liebre.

Tengo una conversación pendiente con Reivaj. No sé con exactitud porqué es tan importante para mí que él entienda mis motivaciones. Lo intentaré, al menos, que eso de entender al otro es cosa de magia. Últimamente la gente me deja atónita con sus razones de porqué hizo tal o cual cosa. No pido explicaciones, no me gusta que me las pidan. Solo las doy a quien me da la gana, y las que escucho será porque hay algo parecido a la confianza. Pero mi hermanito no se quedará callado, eso es seguro.

El fin de semana no me lo pasé viendo anime, como suponían algunos. Eso fue el domingo nada más. El sábado salí, solo para ver a Reivaj arrepentirse de los crímenes cometidos en la infancia en contra sus figuras de acción (luego de ver los precios actuales), y ser criticada con dureza por el Tribunal Supremo, debido a mi elección del sabor del helado. Yo me pregunto, ¿dónde está eso del respeto a la diversidad, a ver? ¿Y dónde está el helado con sabor a cheesecake? No había, así que tuve que buscar otras opciones. Eso se llama adaptabilidad. Pero la incomprensión reina. Por lo general se me acusa de no intentar nada nuevo. Y cuando lo intento, cae el hacha. ¡Decídanse!



PD: Ya sé lo que pasa. Mis vacaciones no podían durar para siempre. Al momento de escribir estas líneas, me han llegado noticias. The entity is back.