septiembre 15, 2006

La tormenta en la gota de agua

Estoy empeñada en mis nuevos buenos propósitos, y se arruina por una tontería.

Entre otras cosas, quería ser más amable con la paparazza, pero todo se fue al demonio. Me harta que, porque no puedo hacer algo que ella quiere (ir a ver tal película, tomar clases de natación, acompañarla a la cafetería), empiece con sus escenas de resentimiento. Dos de sus amigas de universidad trabajan aquí, y no siempre la acolitan (lo cual es comprensible, tienen cosas que hacer), ¿porqué no se les carga a ellas?

No, fastidiemos a Dael porque... quién sabe porqué.


Tengo el desayuno atragantado porque, aunque no le he gritado ni la he insultado -agradezcamos al subconsciente que así no se manifieste-, me he comportado de una manera que no se justifica en mí. No me siento tan mal por ella, dioses, alguien tenía que decírselo algún día, que sus recriminaciones superacionistas (Cuando se puede se quiere, no des el tiempo por perdido, somos animales sociables) hartan. Pero me ha sacado de quicio y me ha forzado a una actitud que no-suelo-tomar.

Sí, ya sé, ya sé todo lo que van a decirme. Que me olvide, que a todos nos sucede, que me disculpe luego (no tengo ganas), que ya se me pasa.

Pero no se me pasa tan fácil. Y de todos modos, mi minúscula crisis de ira se me antoja tan ridícula como una tormenta en una gota de agua.

Thesaurus

Idealismo: Asunto que requiere tiempo y energía. Yo no tengo.

Al momento

  • Fragile Things, N. Gaiman