Akira y la minga

Pura casualidad que ayer pasara por la islita esta de anime. Como había que hacer tiempo (o al menos eso creía yo), me puse a mirar qué novedades. No mucho, iba a comprar alguna comedia, pero en eso vi que tenían Akira.

La pusieron una vez en esta convención de cómic, manga y anime -pequeña, pero bienintencionada- creo que la primera que organizaron. Solo que hubo problemas de audio, agravados por el hecho de que alguien estaba a todo parlante con música electrónica en la sala de al lado. Ahora tendré ocasión de verla con toda calma, ese día los que alcanzaron sillas fueron afortunados, los demás la vimos de pie.

Dejé el dvd sobre la mesita, y entonces recordé que le debo un libro a la Kch. Buscándolo, desenredé el ovillo mágico de mis tereques y reencontré un par de cosas que tenía olvidadas. Como los mangas de Saint Seiya que Namida me prestó, y que no he leído. Libros de cuando todavía estudiaba. Y unos cuantos dibujitos (como este, by Namida) recuerdo de mis amigos y uno que otro lector.

Así, me di cuenta de cuánto guardo que tuvo sentido en su momento, pero ya no. Tuve que deshacerme de mis apuntes de teología, de la universidad... y de mis revistas. Solía guardar, hasta hace un año, más o menos, las revistas que escribo. Pero de verdad ya no tengo dónde ponerlas. Con mucha pena, se las di a mi mamá para que se deshaga de ellas. Creo que pasa un señor que compra periódicos viejos. Solo saqué unas poquitas que son las que más me han gustado. Una dedicada a la música. Otra a la pintura. A Spirited Away. A Star Wars.

Supongo que no puedo guardarlo todo, no tenemos tanto espacio en casa. Alguien me dijo una vez que las guardara, que eran la prueba de mi trabajo. Y no sé, acá en el reino tienen copias por triplicado de todo, así que pruebas de lo que perpetro cada semana, hay. Y aún así, es difícil deshacerse de ciertas cosas.