Ratas, S.A.

Escribir se está poniendo cachito difícil estos días. La gente por a, b y c motivo está con los nervios alborotados, entonces acá la población salta del compañerismo a la histeria colectiva, como si fuera canguil.

Mañana es la fiesta de la oficina. Pasado, la del reino. El domingo, la de mis amigas queridas del alma. Y el sábado, cumpliré una misión supersecreta asignada a las ratas.

Sí, nos estamos volviendo un grupo influyente. De esto dependerá que nos encarguen futuros trabajos. A este paso tendremos que sacar el RUC y formalizar el negocio, no vaya a ser que, como el conejo y su mafia, nos veamos relegadas a la clandestinidad. Aunque la discresión y el sigilo son nuestra especialidad, hay que dejar en claro que hacemos todo dentro del marco de las leyes (a diferencia de los conejos que son de un izquierdismo radical). Al menos eso espero. Porque todavía no tenemos para pagar al equipo de abogados.