Una, dos, tres...

Debo confesar que no he visto completo el video ese del famoso Delfín Quishpe. Sin embargo, tanto en el reino como por acá, la gente me lo menciona tanto, que empiezo a sospechar que está repartiendo billete para que le hagan publicidad.

Y pese a los breves segundos que soporté ver la... pieza audiovisual, me he reído con la sorprendente lista de cosas que no sabías del nombrado cautautor, hecha por Guillermo, de El Ecuador de Hoy.

Estoy sonriendo por un segundo motivo. Mañana, esta ratita no vendrá a trabajar. Ya tengo a mi jefe avisado, y al orquito amenazado para que no porque yo esté ausente, se vaya a estancar con mis páginas. Aún no sé exactamente a qué dedicarme. Dormir hasta las 10.00 está garantizado, por lo pronto. Y aún tengo un par de regalos pendientes que comprar.

Además, me ha dado gusto ver que entre todo el absurdo que puede uno encontrar en un artilugio como la cbox, también se encuentra una que otra cosa útil. Como toda la gente que se ha unido para apoyar a la escuelita a la que Kch hará una fiestita el 6 de enero (el sábado será la gran compra de caramelos gran, con la casa de Rossy como base de operaciones); o los que tratamos de acolitar al Méndez con la presentación de su poemario (porque si se lo deja en sus manos, será libro póstumo), e incluso se colaron los niños del terruñito en la planificación.


Algo enredada, estoy. Pero tengo el presentimiento de que todo saldrá bien. Y de ese tipo de sensaciones no se puede uno quejar.